«La libertad en esta pantomima de democracia que vivimos es limitada»

El objetivo de 'Lamari', líder de Chambao, era cautivar ayer a todo el público que se acercase a la plaza de España, tanto a los fans más fieles como a los ciudadanos de paso que sólo querían disfrutar de buena música en directo. El objetivo se alcanzó tanto por la noche como por la tarde, cuando cientos de curiosos inspeccionaron la prueba de sonido. Tras la misma, 'Lamari' atendió a LA VOZ.

Ustedes mismos bautizaron su estilo con el término 'flamenco chill' en el primer disco. ¿Se alejan de él en este nuevo trabajo?

No nos alejamos de nada. La intención de hacer una producción diferente para 'Nuevo Ciclo' es solamente para el disco. Son las canciones las que son diferentes. No me alejo ni del flamenco, ni del flamenco chill ni del resto de ritmos más propios de Chambao. Simplemente me he divertido y entretenido haciendo otra cosa, ya está.

¿Si lo tuviese que definir?

Es música fusión. Sigue habiendo flamenco, reggae, afrobí, folkie... Un montón de cosas. La gente tiene que coger el disco y parar a escucharlo.

Además, han contado con la participación de muchos artistas y muy variados, desde el violinista Ara Malikian hasta el productor Eduardo Cabra, de Calle 13.

A Ara Malikian le conozco ya desde 'Pokito a poko', nuestro segundo disco que se publicó en 2005, hace un montón. Aquí metió los violines a la canción 'Sueño y muero'.

¿No llama la atención que se introduzcan los violines en este tipo de música?

No, para nada. De hecho hay muchas bases en la electrónica del flamenco chill de Chambao que llevan violines. Imagínate si tiene que ver Ara Malikian con nosotros. Juntos conseguimos crear un espacio a modo de ambiente que a mí me gusta definir como 'aire' en la música.

¿A Eduardo Cabra también le conocían?

No. Trabajar codo con codo con él ha sido un gustazo. De hecho le elegí yo personalmente, fui a Puerto Rico a comentarle la intención de hacer un disco así, diferente creando sonidos propios en lugar de bajártelos de 'bibliotecas' y enseguida aceptó. Coproducimos el disco y nos lo pasamos muy bien a la vez que aprendimos mucho el uno del otro, tanto a nivel personal como de historias.

Precisamente 'Nuevo Ciclo' nace de un viaje en el que se embarcó usted sola.

Sí, un conjunto de viajes más bien, hay varios dentro del disco y, sobre todo, mucha libertad.

Muchas de sus letras tienen un tono reivindicativo. 'Papeles Mojados', a pesar de ser ya de hace diez años, hace un retrato muy actual de la crisis de la inmigración y los refugiados.

No lo sé, yo a la hora de componer no me pongo una temática determinada como para ir a la moda. Yo vivo y cuento cosas. ¿Que salen canciones reivindicativas? Evidentemente, porque vivo en este mundo. Tampoco estoy 'flotando' por ahí, hay cosas que me preocupan y a veces salen canciones de ello. No quiero darle la tabarra a la gente y que piense que cuando viene a un concierto va a ser todo en este plan, mi intención es ser más libre.

¿En este último disco hay algo en esta línea?

'Camino Libre' ha constituido un poco esta reivindicación de vivir, siempre dentro de la libertad limitada que podemos permitirnos en el marco de esta pantomima de democracia en la que vivimos.

Usted misma puso una parte del dinero para producir este trabajo.

Sí. Sony dio un presupuesto, bastante bueno la verdad, pero se necesitó un poco más. Cuando te 'pillas' un productor de Puerto Rico pues ya sabes que suben los viajes, hoteles y demás. También quise contar con ciertos músicos específicos.

¿Nota algo de recuperación en la industria?

No controlo mucho de este tema, lo que sí puedo decir es que yo no vivo de los discos. Yo 'como' de los directos.

También los han adaptado recientemente.

Sí, a las canciones antiguas y nuevas y al hecho de que ahora somos nueve músicos, antes éramos menos. Los conciertos es donde yo siento realmente la música, es una sensación más salvaje que cuando te sientas a componer o a grabar.