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C. R.
AVILÉS.
Martes, 25 de octubre 2022, 03:02
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº 5 ordenó ayer el ingreso en prisión del hombre que el pasado miércoles acuchilló a un menor acusado de los delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones y atentado contra la autoridad. En realidad, ya había decretado para él la prisión provisional, comunicada y sin fianza tras tomarle declaración al día siguiente de los hechos, a expensas de determinar si finalmente lo enviaba a un centro penitenciario o a uno sanitario. Tras una segunda declaración que tuvo lugar ayer en el juzgado, el magistrado determinó su ingreso en un centro penitenciario.
La prisión provisional es una medida cautelar aconsejada, según explican fuentes jurídicas, por la gravedad de la acusación y la alarma social provocada. No obstante, conforme avance la instrucción del caso esta calificación inicial podría cambiar.
El hombre, vecino de la calle de Juan XXIII y enfermo de esquizofrenia, atacó inesperadamente a un menor que se encontraba escuchando música sentando junto a un amigo en un banco frente al colegio Quirinal. Alrededor de las siete de la tarde del miércoles pasado, se les acercó este hombre, que paseaba con un perro y con un cuchillo en la mano, y, tras dirigirse a él, le trató de cortar el cuello.
El acto reflejo del adolescente de irse hacia atrás posiblemente le salvó la vida y dejó la raja en una herida superficial. Enseguida las personas que había alrededor llamaron a una ambulancia y clientes de un bar cercano prestaron los primeros auxilios.
El joven fue trasladado al Hospital Universitario San Agustín y fue dado de alta poco después, cuando ya el suceso estaba en boca de casi toda la ciudad.
Paralelamente, el agresor era puesto a disposición judicial tras haber sido detenido por la Policía Local, que tuvo que reducirlo tras negarse el hombre en un primer momento a tirar el cuchillo. Cruzó la calle de Fernando Morán con su perro y el cuchillo en la mano y no atendió las indicaciones de que se desprendiera de él. Uno de los agentes pudo inmovilizarlo por detrás, tirándolo al suelo y esposándolo. Tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario San Agustín por las heridas provocadas durante el forcejeo y allí ha permanecido ingresado y atendido por la unidad de psiquiatría. El perro de aguas que lo acompañaba quedó con unos familiares una vez que pudo ser identificado.
Propietarios de negocios y vecinos de la zona que vieron la imagen del agresor una vez que un vídeo grabado por un vecino se hizo viral se lamentaban por el detenido, del que decían que era un hombre callado y con buen comportamiento. Al día siguiente comentaban que habría sido provocado por otro habitual del vecindario que conocía su enfermedad. Eso, según estos vecinos, le habría hecho perder los nervios.
Afortunadamente el menor no sufrió heridas graves, pero el suceso ha generado una honda conmoción. No solo por lo transitada que está la zona esa hora por estudiantes y jóvenes deportistas sino por la concienciación social cada vez más mayor sobre las enfermedades mentales.
Ahora el hombre permanecerá en el Centro Penitenciario de Asturias hasta que el juez lo considere necesario.
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