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Una clienta solicita unos medicamentos en una farmacia avilesina. MARIETA
El 70% de los adultos del área sanitaria han retirado algún fármaco en los últimos seis meses

El 70% de los adultos del área sanitaria han retirado algún fármaco en los últimos seis meses

La factura de enero a octubre supera los 37 millones de euros, una cifra al alza y que advierte acerca de una sobremedicación

CRISTINADEL RÍO

AVILÉS.

Lunes, 10 de diciembre 2018, 06:24

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El 70,2% de los habitantes mayores de 18 años del área sanitaria, más de 89.400 personas, han retirado algún medicamento en los últimos seis meses. Un porcentaje que da idea de la «sobremedicación» de una población aparentemente ajena a los efectos adversos de los fármacos. Algunos pacientes adquieren la categoría de 'polimedicados', aquellos que toman cinco o más medicamentos para una o más patologías. En Avilés, Corvera, Castrillón, Gozón, Illas, el Bajo Nalón y Cudillero son 936 los que tienen prescritos más de quince medicamentos y 119 los que superan los veinte. Unas cifras alarmantes y que el responsable del Servicio de Farmacia de Atención Primaria del Área Sanitaria III, el doctor Luis Sánchez Álvarez, no duda en calificar de «barbaridad». «Estamos hablando de dos folios de receta electrónica», ilustra.

Él es el responsable de vigilar y cuantificar una polimedicación que, más allá del gasto sanitario que pueda suponer a las arcas públicas, es peligrosa para el paciente y la sociedad ya que la sobreutilización de antimicrobianos, por ejemplo, podría desembocar en la creación de resistencias. Alerta de una «medicalización» de la vida en detrimento de una prescripción que debería ir más allá de lo farmacológico.

Entre los datos que maneja el doctor están también los 22.743 pacientes (el 15% de la población adscrita) que han tomado inhibidores de la bomba de protones (protectores de estómago) en los últimos tres meses o los 2.100 crónicos que se encuentran a tratamiento con analgésicos antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina o el ibuprofeno que, a largo plazo, se podrían asociar, entre otros efectos adversos, a un aumento del riesgo cardiovascular.

Además, 8.300 pacientes tienen pautado un tratamiento antidepresivo y 30.200 consumen habitualmente benzodiacepinas (ansiolíticos), de las cuales 3.660 son mayores de 85 años, representado el 56% de la población de ese rango de edad en el área. Y no es una cuestión menor porque «son fármacos que pueden aumentar el deterioro cognitivo y el riesgo de caídas con las consiguientes consecuencias», señala Sánchez Álvarez.

Aparte de las consecuencias personales, está una factura farmacéutica que en los diez primeros meses del año alcanzó los 37.700.000 euros, superando ligeramente el crecimiento medio regional interanual. En ello influye no solo la edad media de la población, sino una atención médica que debería abordar un enfoque global.

El doctor Sánchez Álvarez apuesta por ir más allá de la prescripción farmacológica y «ver al paciente de una manera global, valorando y consensuando con él una modificación de los hábitos higiénico-dietéticos». «A un paciente diabético, por ejemplo, le va a venir muy bien hacer deporte, controlar su alimentación, las horas de sueño...», explica. «Todos nuestros hábitos influyen en nuestra vida y una pastilla no es la panacea», resume.

Cambio de hábitos

Considera imprescindible abordar la patología del enfermo desde su «esfera psicosocial» y no solo desde la parte clínica. Para él es fundamental su «empoderamiento». «Los profesionales sanitarios deben tomarse su tiempo con el paciente y acordar con él un objetivo terapéutico. Hay que tener en cuenta sus creencias y expectativas, que muchas veces no son realistas, y los beneficios que se prevén conseguir». Esto implicaría terminar con la «actitud paternalista» de prescribir «veinte pastillas» para ir aliviando dolores sin hablar con ese enfermo y considerar con él lo mucho que puede conseguir con un cambio de hábitos. Porque hablar de los efectos secundarios de los medicamentos daría para mucho más que dos hojas de receta electrónica y, a modo de ejemplo, alguien que sufre cefaleas no debe abusar de los 'aines' (antiinflamatorios no esteroideos), que por sobreutilización pueden provocar más de rebote.

El doctor Luis Sánchez Álvarez, en su despacho.
El doctor Luis Sánchez Álvarez, en su despacho. PATRICIA BREGÓN

Al doctor Luis Sánchez Álvarez le parece complicado «cambiar el enfoque», aunque anima a intentarlo. Y el primer paso es conseguir más tiempo para cada paciente ya en la atención primaria. Considera que es el médico de familia quien, por su relación más cercana con el paciente, adquiere una importancia determinante. «Sin embargo, el abordaje del tratamiento del paciente no debe pivotar únicamente sobre él, debe ser multidisciplinar».

Estas recomendaciones que apunta el doctor no se les escapa a los profesionales del área, con los que el Servicio de Farmacia mantiene una fluida colaboración. «Hablamos con ellos e incidimos mucho en las reacciones adversas a los medicamentos. E insistimos mucho porque cuando aparece un nuevo problema de salud siempre hay que valorar si pudiera estar provocado por algún fármaco o una interacción entre ellos». Cabría entonces la 'de prescripción', un proceso por el que se valora la medicación del paciente desde el principio, se revisa su situación , sus problemas de salud, su estado actual y, tras ellos, se adecua su medicación y su revisión posterior.

Desde el Servicio de Farmacia también se revisan, entre otras tareas, la adecuación de los tratamientos de los pacientes a las indicaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, ya la evidencia científica.

Otro factor a tener en cuenta es la adherencia. «A veces la falta de eficacia de un tratamiento no es debida al principio activo o a la dosis sino a que el paciente no lo toma como debería o simplemente no lo toma». La falta de adherencia no siempre es culpa del tratamiento, puede serlo del dispositivo o incluso de la accesibilidad del sistema sanitario.

Diferentes estudios estiman que la falta de adherencia en pacientes al tratamiento es del 15% cuando toman un único medicamento, un porcentaje que supera el 35% cuando se tienen prescritos cuatro o más fármacos.

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