El San Agustín lo lleva en la sangre
El área de Hematología y Hemoterapia trabaja con miles de pacientes al añoLa telemedicina les permite atender al 97% de los pacientes que dependen de anticoagulantes a través de los centros de salud
SHEYLA GONZÁLEZ
AVILÉS.
Lunes, 8 de abril 2019, 02:33
El servicio de Hematología y Hemoterapia es uno de los más extensos de cuantos hay implantados en el Hospital Universitario San Agustín, lo que les convierte en un referente dentro del centro sanitario. El área abarca tanto el departamento de laboratorio, del que hacen uso todas las especialidades, como el banco de sangre, las consultas especializadas en enfermedades hematológicas como el Hospital de Día o la telemedicina.
El área está coordinada por Ángel José González Ordóñez, jefe de servicio, pero además cuenta con otros cinco hematólogos adjuntos, técnicos de laboratorio y enfermeras. Desde el HUSA se atiende a unos 154.000 habitantes, de los cuales una cuarta parte son personas mayores de 65 años.
El año pasado desde el banco de sangre se pusieron más de cinco mil transfusiones. «Es un número importante», apunta el especialista. De estas, las más mayoritarias fueron las de hematíes (4.300), aunque también se realizaron 380 de plaquetas y otras 350 de derivados plasmáticos. «Estamos en coordinación con el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias. Siempre tenemos un stock mínimo por grupos para asegurar la cobertura aunque siempre hay temporadas, coincidiendo con épocas vacacionales, en las que hay más carencias», explica González Ordóñez, que añade que «para un accidente grave, por ejemplo, se necesitan entre diez y quince bolsas de sangre y si hablamos de un transplante, mucho más».
La segunda rama de esta especialidad es el laboratorio, donde dan respuesta rápida a urgencias a la vez que se realizan todos los análisis rutinarios de los diferentes servicios. El año pasado se tomaron 250.000 muestras de sangre (tubos). «En general en horas tenemos los resultados, es una respuesta rápida. Tanto para coagulación o hemostasia, trombosis, anticoagulantes como para estudios generales de hematología», apunta el jefe de servicio.
Después está la parte asistencial propia de la especialidad, que cuenta con cuatro consultas trabajando a diario. De ellas dos están destinadas a enfermedades hematológicas (para revisiones de linfomas o leucemias, entre otras patologías), donde se visita a más de 1.500 pacientes. «Hasta que se les da el alta pasan años y vienen al especialista a sus revisiones pautadas», explica González Ordóñez.
Las otras dos consultas son para médico y enfermería de anticoagulación, que atienden a más de 5.000 pacientes al año. De estos el 80% toman Sintrom o Aldocumar y el otro 20% ACOD, Anticoagulantes Orales Directos. «En este sentido tenemos una consulta de monitorización pionera en Asturias, donde seguimos a todos los pacientes de manera detallada», apunta el jefe de área. A las consultas directas desde el HUSA se suma la telemedicina, que permite coordinar el trabajo con los centros de salud de referencia en el área sanitaria de manera que el 95% de las personas que toman anticoagulantes clásicos hacen sus revisiones en sus centros, donde el año pasado se hicieron 55.000 controles, que si se suman a los realizados en el HUSA alcanzarían los 70.000. «Después nos llega aquí todos los informes de sus enfermeras y nosotros les mandamos el calendario pautado», explica .
En el plano asistencial comparten las instalaciones del Hospital de Día entre Hematología, Oncología y otras especialidades médicas varias. En este espacio se realizaron el año pasado entre 8.000 y 10.000 atenciones. Por último, disponen de habitaciones en planta donde se trabaja con los pacientes más delicados, «son los más complejos después de los de la UVI», matiza el especialista, que hace hincapié en «el trabajo que hacen nuestras enfermeras, que son profesionales que trabajan mucho la parte afectiva con los pacientes y que ponen en ellos toda su dedicación».
En cuanto a las enfermedades que se tratan desde Hematología y Hemoterapia están los linfomas, síndromes linfoproliferativos, mieloproliferativos o los mielodisplásticos, los mielomas o leucemias, entre muchos otros. «La perspectiva de futuro sobre este tipo de enfermedades es buena porque se avanza rápido en cuanto a conseguir nuevos tratamientos gracias al desarrollo de la genética y la biología molecular. Eso mejora la precisión del diagnóstico y mejorar también la supervivencia de los pacientes».