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La mesa redonda se celebró ayer en el salón de actos de la Cámara de Comercio. MARIETA
«La casa pasiva llega a ahorrar el 95% de energía»

«La casa pasiva llega a ahorrar el 95% de energía»

Tres arquitectos dieron las claves de las 'passivhaus' , ayer, en el Aula de Cultura de LA VOZ

EVA FANJUL

AVILÉS.

Jueves, 1 de enero 1970

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Las casas pasivas o edificadas siguiendo los criterios del 'Passivhaus son construcciones bioclimáticas capaces de ahorrar hasta un 95% por ciento de la energía que consume un edificio convencional.

El análisis de los diferentes criterios de construcción bioclimática centró ayer la charla 'Arquitectura y energía renovable en Asturias'. Una actividad organizada por el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS en colaboración con la Cámara de Comercio y que tuvo lugar en el salón de actos de la entidad cameral.

Tres arquitectos expertos en 'passivhaus' o casas pasivas participaron ayer en la ponencia: José Luis Pérez-Lozao, asesor técnico del colegio de Arquitectos; Jesús Manrique, representante de la Plataforma Española Passivhaus (PEP), e Iván Duque, socio del estudio Duque y Zamora.

«Estas construcciones funcionan como termos que conservan el calor en el interior» «Son casas más sanas por la ventilación mecánica que filtra el aire y evita el polvo»

Durante su intervención, Jesús G. Manrique explicó los orígenes de la arquitectura 'passivhaus' y recordó que la primera edificación de estas características se hizo en Alemania en 1991, lo que quiere decir que los españoles nos intentamos poner en marcha algo con lo que los alemanes llevan trabajando más de veinte años». También incidió en que los criterios de eficiencia energética de las casas pasivas adquieren cada vez más relevancia en las construcciones de edificios en España por las crecientes exigencias de cumplimento de la normativa europea. De hecho, «a partir del 31 de diciembre de 2018, todas las construcciones y rehabilitaciones de edificios que vayan a estar ocupados y sean de titularidad pública deberán cumplir con la directriz de consumo energético casi nulo», apuntó.

Por su parte, José Luis Pérez-Lozao se centró las relaciones entre la arquitectura y las energías renovables en Asturias. Tras repasar las diferentes energías renovables que se pueden incorporar a una construcción para que esta sea considerada passivhaus. «Energías como la solar, la geotérmica, la eólica o la biomasa», indicó.

Detalló como el mayor gasto energético que se produce en los edificios convencionales se destina a la calefacción y al calentamiento del agua sanitaria. En este sentido, destacó como los edificios de principios del siglo XX pueden considerarse edificaciones de consumo casi nulo. «Las casas de entonces no disponían de instalaciones de agua caliente ni calefacción por lo que su consumo energético era mínimo y se realizaba mediante leña, carbón, un buen aislamiento y orientación».

Pérez-Lozao destacó como precisamente los conceptos arquitectónicos de esas construcciones tradicionales se aplican ahora a las nuevas casas pasivas. «Los espacios abiertos al exterior se orientan hacia el sur o sureste para aprovechar al máximo la luz solar», explicó. El arquitecto puso varios ejemplos de la aplicación de los criterios de las 'passivhaus' a construcciones hechas en Asturias, como su propia vivienda en Avilés. «Aunque se trata de una construcción de hace casi veinte años y de unos 300 metros cuadrados su eficiencia energética permite que el gasto no supere los cien euros al mes», indicó.

Los arquitectos coincidieron en destacar las características principales del concepto de las casas pasivas. Uno de los más importantes es el aislamiento, que permite ahorrar energía y mantener niveles térmicos constantes en el interior de las edificaciones. También la ausencia de puntos térmicos, en puertas y ventanas, evita que se produzca el escape de la temperatura del interior; las ventanas y puertas de altas prestaciones; la hermeticidad, que evita que haya corrientes de aire. «Las casas pasivas funcionan como termos», señaló Duque.

Otro de los elementos fundamentales es la ventilación mecánica que « filtra el aire de manera constante y evita que partículas de polvo, contaminantes o CO2 entren en el interior». Este último punto, además convierte a las casas pasivas en « mucho más saludables», añadió el arquitecto.

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