¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
María Lorenzo, directora de Energía y desarrollo de negocio de Hunosa, y Marcos Cano, investigador de ArcelorMittal. Juan Carlos Román

El centro de I+D de Arcelor en Avilés ya trabaja con una planta piloto

El investigador Marcos Cano presenta las líneas generales de las investigaciones que se vienen realizando desde el centro de Avilés

Martes, 12 de agosto 2025, 08:01

Aunque la captura de dióxido de carbono en procesos industriales tiene poco más de un siglo, esta técnica sólo se ha ido desarrollando para potenciar ... la propia actividad industrial, como puede ser mejorar la extracción de petróleo, como comenzó a suceder en los años 70.

Publicidad

Sin embargo, en otros sectores, como la siderurgia o la producción de cemento, es un reto nuevo que se intenta superar de la mano de la innovación. En esa tarea se encuentran los técnicos del centro de investigación de ArcelorMittal en Avilés, según avanzó ayer en los cursos de La Granda Marcos Cano, investigador senior de nuevas energías y gases.

Es uno de los campos de trabajo en la denominada manzana del acero, con la ventaja que aporta «poder conectarse a la planta industrial y recoger los gases que necesitamos», explicó Marcos Cano.

El investigador no aportó más datos concretos sobre el trabajo que realizan en Avilés en su «planta piloto» ni el marco temporal en el que esperan tener una respuesta. No obstante, recordó que, en la actualidad, existen diferentes tecnologías para la captura de dióxido de carbono.

Serán las propias necesidades del mercado las que fijen aquellas que se puedan aplicar. En ese proceso, también existen otros elementos que aún se deben definir como es la calidad del dióxido de carbono y los usos.

Publicidad

Marcos Cano avanzó que la posibles solución puede encontrase en una combinación de tecnologías. Otro factor que marcará el trabajo de los científicos es la necesidad de capturar el dióxido de carbono con otros gases.

Marcos Cano también apuntó que la imposición de los derechos de emisión a las empresas es aliciente para la aplicación de unas tecnologías que son costosas, pero que pueden generar ahorros a la compañía al aminorar esos costes.

Publicidad

«Es importante informar»

Por su parte, Paula Fernández-Canteli, del Instituto Geológico Minero del CSIC, abordó la existencia de posibles terrenos para el almacenamiento de dióxido de carbono en España. Uno de los problemas de los que se parte es la existencia de pocas fuentes de información, más allá de las exploraciones de los años 70 y 80 para la búsqueda de hidrocarburos y que, además, demandaban unos terrenos cuyas características no son las más adecuadas para el almacenamiento.

Estas pasan por una profundidad (un mínimo de 800 metros) y una combinación de formaciones rocosas porosas e impermeables que sólo se localizan en la mitad este de España, la cuenca sedentaria del este que, en Asturias, cubre la cuenca vasco-cantábrica y que vendría a centrarse en el oriente de la región.

Publicidad

En el conjunto de España, se han localizado 85 estructuras con potencial. «Ahora se deberían estudiar para saber si, realmente, pueden albergar dióxido de carbono», explicó.

No es un proceso sencillo. En el caso de Gran Bretaña, el análisis de sus terrenos les ha llevado entre ocho y diez años para poder tener toda la información.

«Ese tiempo se debe aprovechar para informar a la población de la zona de lo que supone y de los riesgos que puede haber, además de las medidas de control si se produce algún incidente», reflexionó.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad