Desciende un 10% la recogida de basura por el cese de la actividad hostelera

El abastecimiento masivo que se produjo en los supermercados al inicio de la alerta provocada por el coronavirus no se ha traducido en un consumo impulsivo en el interior de los hogares, sino en unas despensas bien abastecidas, según se puede extraer de los datos municipales de recogida de basura, que demuestran que confinados en nuestros domicilios generamos menos residuos. En las dos últimas semanas de marzo, coincidiendo con los primeros quince días de reclusión obligada, los servicios recogieron entre un diez y un doce por ciento menos de la basura que se saca a la calle en la habitual bolsa de plástico. De las 1.400 toneladas recogidas en las dos primeras semanas del mes se pasó a 937 toneladas en las dos últimas.

Este descenso es atribuible, principalmente, al cierre total de los establecimientos de hostelería, uno de los grandes generadores de residuos sólidos urbanos.

Esta reducción es similar en la recogida de la fracción orgánica. En las dos semanas que van del 1 al 14 de marzo se recogieron casi catorce toneladas de este tipo de residuos, frente a las 12,8 toneladas de la segunda quincena. El descenso se hizo más notorio en la última semana cuando se recogieron poco más de seis toneladas.

Cabe añadir que esta situación excepcional que vive la sociedad ha retrasado la extensión de la red de contenedores marrones por la ciudad, tal como preveía la recién aprobada ordenanza de recogida de residuos. En la misma se contempla la instalación de contenedores de recogida separada de fracción orgánica que, en el caso de bares, restaurantes, hoteles, colegios o centros comerciales, tendrá unos matices concretos. Estos centros deberán conservar en sus propias instalaciones todos los residuos que generen, separándolos adecuadamente en varios contenedores normalizados de reciclaje hasta el momento de su recogida.

La nueva ordenanza de residuos extiende la obligatoriedad del reciclaje a ciudadanos, comercios y establecimientos con el objetivo de incrementar el porcentaje actual, que se sitúa en el 23%.

Está previsto implantarla este mismo año por fases, siendo la última la que afecta al casco histórico, dadas sus características especiales. El proyecto irá acompañado de una campaña de concienciación de cara tanto a los ciudadanos como a los grandes centros de producción.

Otra de las novedades de la norma es la unificación de los dos tramos horarios que había hasta ahora, el de invierno (de nueve a once de la noche) y el de verano (de diez a once de la noche), para dejar todo el año la horquilla entre las ocho de la tarde y las once de la noche.