Más del 75% de los enfermos mentales graves presentan problemas de adicciones
El profesor Néstor Szerman destaca que el consumo de drogas «retrocede» y reclama un cambio en la forma de abordar las dependencias
Aunque la tendencia en el consumo de drogas y comportamientos adictivos apunta a su reducción, su relación con la enfermedad mental grave es motivo de debate científico y de cierta polémica a la hora de definir el mejor tratamiento posible. De ello habló en Avilés el psiquiatra Néstor Szerman, presidente de la Fundación Patología Dual, que recordó los vínculos existentes entre el consumo de drogas y la enfermedad mental grave.
Así, destacó que el 75 por ciento de los enfermos mentales graves sufren problemas de adicciones. Lo más frecuente es la dependencia de drogas legales como el alcohol y el tabaco. Le siguen otras sustancias como el cannabis, sustancias estimulantes como la cocaína y opioides. A ello se suman las conductas adictivas como puede ser el juego. El panorama se termina de complicar ya que estas dependencias no aparecen en solitario. Es frecuente que una persona sufra de varias de ellas.
En ese contexto, una primera pregunta es si el consumo de las drogas es previo a la enfermedad mental o una consecuencia de ellos.
Szerman señaló que no existen evidencias científicas que apunten a que el consumo de drogas sea el único culpable del desarrollo de una enfermedad mental. Los estudios apuntan a que puede ser un factor influyente, pero no exclusivo.
Así, en estudios realizados en grupos de 10.000 jóvenes en Estados Unidos se comprobó que en los consumidores de drogas menores de quince años (y, por lo tanto, candidatos potenciales a un comportamiento adictivo en el futuro) se habían detectado carencias de salud mental previas al consumo. Es decir, que el consumo de drogas pudo haber sido un acelerante en el camino hacia la enfermedad, pero la evidencia científica apunta a que no es el único.
Esa incógnita interesa al profesor Szerman por la «patología dual», un problema que lastra la eficacia de los equipos de Salud Mental y también de las terapias contra las adicciones. «Hay personas que buscan un tratamiento contra las adicciones y los profesionales los rechazan porque detectan un problema de enfermedad mental; y al contrario. Es lo que llamamos el síndrome de la puerta falsa».
La solución pasa por una respuesta integral, una visión que contemple tanto las adicciones como la situación del enfermo mental. Szerman apunta que «por norma general, no se da. En equipos concretos se puede dar una respuesta, pero depende de los profesionales. Es necesario un cambio en las políticas. Es necesario diseñar los servicios de Salud Mental para que puedan abordar correctamente esas situaciones».
Mientras se produce esa modificación del paradigma, El psiquiatra constata que la tendencia general apunta a una reducción del consumo de drogas. «Es lo que reflejan los datos del Plan Nacional sobre Drogas, también se reducen comportamientos adictivos como puede ser el juego».
Aunque esa lectura responde a una mirada general del fenómeno. Luego existen diferencias en función de las sustancias. Así, por ejemplo, en el consumo de ansiolíticos, aparece un mayor número de consumidoras que de consumidores.
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