Proteger, avisar y socorrer, tres claves para salvar una vida

A la población le gusta saber cómo practicar una reanimación cardiopulmonar o intervenir en un atragantamiento. Lo demostraron asistiendo a estas prácticas, poniéndose de rodillas en el suelo y presionando con fuerza sus manos entrelazadas, durante un largo minuto, sobre el tórax de un muñeco tumbado que necesitaba ser reanimado.

Los demás, los que miraban y asentían con la cabeza al ritmo del voluntario, aplaudían por el esfuerzo y por la demostración práctica que puede ayudar a salvar una vida.

Muy atenta a las prácticas estuvo la alcaldesa de Avilés para quien la ciudad «necesita mucho de la acción del Cruz Roja o de la ciudadanía en primeros auxilios, porque somos una población envejecida y cada vez hay más caídas y más ictus». En opinión de Mariví Monteserín, cuanta más gente conozca cómo actuar ante una emergencia, «mucho mejor».

Begoña González, presidenta de la Cruz Roja en Avilés, destacó la importancia de que la población en general conozca cómo se practican los primeros auxilios. «Cualquier persona puede actuar ante una parada cardiopulmonar y se sabe que en el setenta y cinco por ciento de las veces que se produce, siempre hay alguien presente, y por cada minuto que empieza a actuar tienes un diez por ciento más de posibilidad de recuperar una vida», manifestó satisfecha por la participación.

Alejandro Vigil Morán técnico de Cruz Roja, dijo que la avilesina es una población «predispuesta a aprender cómo actuar y, por tanto, «yo confío plenamente en ponerme en su manos, en caso de que haya una emergencia», dijo con seguridad

En su opinión, ésta es una formación que deberíamos recibir desde pequeños, desde el colegio y reciclarse con frecuencia», por eso Cruz Roja colabora con cualquier centro educativo que lo solicite para dar un taller a los alumnos sobre primeros auxilios.

Vigil Morán consideró que, después de recibir una formación «es fácil» conseguir resolver una situación de emergencia porque hay cuestiones básicas como el llamar al 112, que «lo hace cualquiera desde el móvil» y resulta un paso fundamental para salvar a una persona.

Un vehículo de soporte vital avanzado, una UVI móvil, mantenía las puertas abiertas para dar a conocer su interior. Su equipo humano está formado por dos técnicos, un médico y un asistente capaces de atender servicios de emergencia. Allí no faltaba de nada y, por tanto, llamó la atención de los asistentes.