Ellas son arte
El Prado está a punto de inaugurar una exposición sobre las pintoras del XIX que saca a la luz a la gijonesa Julia Alcayde. Pero en Asturias hubo y hay muchas más artistas ocultas entre los fondos de los museos
M. F. ANTUÑA
Viernes, 6 de marzo 2020, 00:17
El Prado solo conserva entre sus fondos obra de una pintora asturiana. Es Julia Alcayde (1855-1939), gijonesa que hizo carrera en Madrid y que batalló en un mundo de hombres. El bodegón fue su territorio y 'Frutas', que conserva la pinacoteca madrileña, ha sido restaurado para exponerse en la muestra 'Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)', que se inaugura el 31 de marzo y que mostrará también su autorretrato, que se conserva en las colecciones municipales de Gijón.
Ella es un nombre de mujer sobresaliente en un mundo masculino. Pero hay más. Y en los fondos de los museos asturianos se conservan, aunque no siempre se exponen ante las miradas públicas. Son minoritarias, sí, pero están ahí. El Museo de Bellas Artes de Asturias y colecciones locales, como las de Gijón, dan muestra ello. En su investigación 'El sitio de las mujeres artistas en los museos', la galerista y experta en arte Olga Muñiz Rimada destaca a creadoras como Carolina del Castillo (1867-1933), «artista a la que le gustaba pintar desnudos, tema poco utilizado por ser poco decoroso», Concha Mori (1883-1972), o María Galán Carvajal (1880-1960). Otro nombre propio es el de Obdulia García (1908-1942), avilesina de familia trabajadora que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
El Museo de Bellas Artes de Asturias conserva obra de casi 120 mujeres en unos fondos que superan las 15.000 piezas. Las expuestas con firma de mujer son 18 -de 16 artistas- sobre un total de 820, o sea, poco más de un 2%. En Gijón atesoran obra de 45 mujeres, pero solo cuatro obras, en ocasiones cinco, se cuelgan de forma permanente en las salas. «En los últimos años se ha generado una dinámica fruto de la presión de las mujeres para sacar del olvido a estas artistas», señala Olga Muñiz, que celebra esa apuesta por la visibilidad que aún es escasa. Porque ni siquiera entre las artistas más jóvenes se dan situaciones de paridad, pues la presencia de mujeres en ferias como Arco sigue siendo inferior.
Con permiso de mujeres jóvenes como Chechu Álava o Soledad Córdoba, en el listado del Bellas Artes aparecen auténticas adelantadas a su tiempo, como las citadas o María Blanchard, nacida en el XIX y dama del cubismo, o Francisca Meléndez, que vio la luz en pleno siglo XVIII y se convertió en una magnífica miniaturista, aunque en su caso ayudó pertenecer a una gran saga de pintores de origen asturiano, o Maruja Mallo, exiliada que nació casi con el siglo XX. Son muchos los nombres y el camino para darles luz es empinado. El compromiso está ahí: «El Museo de Bellas Artes de Asturias presenta en sus salas, sobre todo en las dedicadas al arte contemporáneo, un nutrido elenco de creadoras que, por su calidad y sus propios méritos, han marcado algunos de los mejores momentos del arte asturiano de las últimas décadas», explica Alfonso Palacio, director de la pinacoteca regional, que subraya que en aras de la visibilidad en 2019 y 2020 se organizaron monográficas dedicadas a Kely Méndez Riestra y Maite Centol, «con sus correspondientes publicaciones», que «han permitido mostrar el nervio creativo de dos de las artistas asturianas más importantes de los últimos años».
También en Gijón se redobla la apuesta. Así lo explica Lucía Peláez, directora de los museos de bellas artes: «Iniciativas como la exposición del Prado de la que formará parte el autorretrato de Julia Alcayde sirven para poner en valor las obras de estas artistas y propiciar una nueva lectura de la historiografía artística desde la perspectiva de género, liberando a la mujer de la supeditación al talento masculino imperante en el sistema artístico tradicional». La relectura del patrimonio artístico con firma de mujer ya está en marcha.