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Paisaje panorámico de la playa de San Lorenzo.   IMÁGENES: MUSEO CASA NATAL DE JOVELLANOS

Cuando Asturias empezó a verse a todo color

El Museo Casa Natal de Jovellanos conserva una sobresaliente colección de fotografía artística, entre la que se encuentran los 68 autocromos de Arturo Truan, un pionero de la imagen que policromonó paisanajes y personajes cuando todo eran gamas de grises

MARIFÉ ANTUÑA

Viernes, 19 de febrero 2021, 02:40

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Puede que la imagen de la playa de San Lorenzo que aparece sobre estas líneas sea la primera del arenal gijonés que se captó en ... color. No hay certeza documental. Pero si no es la primera, sí es, como el resto de fotos que aquí aparecen, de las primeras que se dispararon en Asturias a todo color. Su autor, Arturo Truan (1868-1937), era un pionero, un activo investigador, un pintor, un artista siempre fértil, siempre atento a todo lo que era vanguardia. El Museo Casa Natal de Jovellanos, que este año festeja su 50 aniversario, conserva una colección de sus obras, incluidos 68 autocromos, el primer procedimiento para aportar color a la fotografía, inventado por los hermanos Lumière en 1907. Pues bien, en 1908, ya enfocó Truan a Asturias con el fin no solo de hallar la policromía, sino también de crear belleza, de hacer arte. No quería quedarse en el documento este hombre inquieto, hijo de Alfredo Truan Luard, otro pionero de la imagen en Asturias y miembro de la saga familiar con origen en Suiza que dejó huella en todos los ámbitos del arte y la industria del vidrio. «La colección de fotografía artística del Museo Natal de Jovellanos es excepcional en el panorama asturiano, es la mejor, y este conjunto de autocromos de Arturo Truan es también un fondo importantísimo, tanto para la fotografía asturiana como la española», asegura Francisco Crabiffosse, el gran estudioso de la imagen en Asturias, que ve en Arturo Truan a un artista completo y complejo. «Era heredero en gran medida de la inquietudes científicas y tecnológicas de su padre, también fotógrafo y litógrafo y primer fotógrafo profesional de Gijón», señala. Es por eso que Arturo contó con una formación muy poco usual en Asturias en aquel momento que se refleja también en sus aportaciones a la industria del vidrio tan unida a la familia, en el plano artístico y en el técnico, puesto que incluso patentó técnicas y maquinaria.

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