Ernesto Knorr echa sus raíces de acero en Gijón
La galería Aurora Vigil-Escalera acoge 'Certezas', una exposición en la que el vasco construye su propio mundo y extiende sus emociones
Cuarenta y seis años lleva Ernesto Knorr plantando sus esculturas por toda la geografía española y ahora –y hasta el 25 de junio– echa sus ... raíces de acero en Gijón. La galería Aurora Vigil-Escalera acoge la exposición 'Certezas', que recoge sus obras más recientes, creadas especialmente para este proyecto, y también algunas realizadas anteriormente que completan su universo y que permiten a los visitantes adentrarse a descubrirlo porque esta colección «simboliza esa certeza de que este es mi mundo, donde realmente me siento a gusto», apunta en el catálogo de la muestra.
Se siente tan cómodo el creador en estas lides que juega con el espacio y con las emociones que le produce la escultura, ese arte en el que echa mano de la abstracción, a base de «investigación y de trabajo constante». Esos dos ingredientes son fundamentales para entender su obra, junto con el «profundo conocimiento y admiración por los maestros de vanguardia como fueron Jorge Oteiza y Eduardo Chillida».
En ellos dos se miró Knorr durante sus inicios, sin perder nunca la esencia de un lenguaje artístico muy suyo, en el que se dan la mano el equilibrio, la tensión, el movimiento y el contraste. Esos cuatro elementos están presentes en cada pieza de las que se ven en Vigil-Escalera. Por ejemplo, en 'Ascendente' los rectángulos de acero hacen verdaderos funambulismos para no caerse y mantener un equilibrio que a veces hasta parece imposible de no romperse.
Lo mismo ocurre en 'Columna cubos', donde los pedazos de escultura que se desprenden se asemejan a la lluvia; y en 'Equlibrio altura', en la que casi echan a volar, todo un desafío a ojos de los visitantes.
Todas estas esculturas que se ven, al otro lado del escaparate de la galería de la calle Capua, recuerdan además el idilio que Knorr mantiene con Asturias, ya que unas cuantas de sus esculturas están a la vista en espacios públicos de nuestra región. En Pola de Siero se puede ver 'Árbol singular' y en la calle gijonesa Pintor Manuel Medina, 'Dinámica'. Además, frente al mar en la senda litoral de El Franco está ubicada 'Ventana' y en Infiesto, 'Vertical'.
A todas estas manifestaciones públicas de su arte, hay que sumar sus múltiples visitas a Gijón para exponer en la galería Cornión, donde estuvo por última vez en el año 2020. Aunque ya había estado en muchas ocasiones anteriormente, remontándose la primera muestra individual a 2002.
Y todas sus piezas «desde las más monumentales hasta las más pequeñas» son producto de una tensión «entre diferentes volúmenes suspendidos en el aire, el contraste entre el acero y el vacío», destacan desde la sala. Y van más allá porque él mismo declara sobre su obra que nace «desde la intuición, buscando reflexionar sobre la estética de la creación, compartiendo sutiles emociones», que están a punto de cumplir medio siglo con la misma fuerza del acero.
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