Aula de Cultura de La Voz de Avilés
Francisco Alarcón Cava, del GREIM de Cangas de Onís, repasa en el Aula de Cultura los riesgos más habituales y da pautas para evitarlos
La estadística no deja lugar a dudas: el 50% de los accidentes en la montaña se producen por una sobrestimación de las posibilidades. De ahí que Francisco Alarcón Cava, del área de montaña del norte de la Guardia Civil, formada por los grupos de Cangas de Onís y Mieres, Sabero (León), Potes (Cantabria) y Trives (Orense), concretamente del GREIM de Cangas de Onís, advirtiera en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS sobre la mayoría de los peligros subjetivos que intervienen en un accidente de montaña porque contra los objetivos «no se puede hacer nada».
Con más de 37 años de experiencia a Paco Alarcón le siguen sorprendiendo las muchas imprudencias que ve en la montaña. «No sé si es valor o la inconsciencia de la gente», señaló.
Entre ocho y catorce personas forman un grupo de montaña que desde hace un año disponen de un helicóptero H135 que supone «una diferencia abismal a la hora de maniobrar en la montaña», al igual que los drones, que permiten batir zonas de difícil acceso. Cuentan también con perros especialistas en buscar personas debajo de la nieve y enseguida se sumará uno más especialista en buscar cadáveres.
En 2024 se produjeron en Picos de Europa y parte de la Cordillera Cantábrica 81 rescates con 19 fallecidos, 34 heridos y 79 personas ilesas. Datos que habría que multiplicar por tres porque solo corresponden a las intervenciones del grupo asturiano.
De esos accidentes, además del 50% que se producen por sobrestimar las posibilidades, «el peor de los riesgos», un 15% se produce por peligros objetivos y un 9,3% por el material inadecuado. Como precursores de esos accidentes están causas indirectas como la falta de atención (31%); la falta de nivel técnico o inexperiencia, el 25,6% o de preparación física, el 12%.
Explicó el Alarcón que para minimizar los objetivos, que son los derivados de la propia montaña y de la meteorología, solo cabe planificar la actividad y observar el parte meteorológico. Por ejemplo, no es recomendable salir tras días de lluvia porque en Asturias caen piedras y «no solo en la montaña». De ahí que recomendara el uso de cascos en algunos trayectos como puede ser la Ruta del Cares. «60 euros te pueden salvar la vida», señaló.
En cambio sí se pueden trabajar los subjetivos que, además de esa sobrestimación de posibilidades, son el error en la apreciación, la insuficiente formación, un equipamiento y vestuario también insuficiente, una inadecuada preparación física y enfermedades y lesiones. Por supuesto, no salir solo, ni siquiera solo dos personas y, en grupo, adecuar el ritmo a los integrantes.
Todo ello lo fue aderezando con llamativas anécdotas de intervenciones tanto por el accidente en sí como por la imprudencia de los protagonistas. Incluso de grupos de montaña, como uno de Mieres que el verano pasado fue a Tiatordos y a pesar de la niebla inició la ruta y dejó atrás, en medio de una campera, a seis compañeros. «Ni miraron atrás», se sorprendió. Gracias a que ahora la tecnología facilita las coordenadas, los rescataron relativamente rápido.