«Avilés emocionalmente me impone bastante»
La actriz vuelve a casa para interpretar a Lorenza en 'Lope y sus Doroteas', la función que mañana se sube a las tablas del Centro Niemeyer
M. F. ANTUÑA
Viernes, 19 de noviembre 2021, 17:30
Formada en el ITAE y en las magistrales manos de Margen, Lidia Otón se fue un buen día a Madrid, donde creció en el Teatro ... de la Abadía, y no ha parado de trabajar. El sábado vuelve a Avilés, la ciudad en la que nació, con 'Lope y sus Doroteas', un texto de Ignacio Amestoy dirigido por Ainhoa Amestoy que saca a la luz los amores del escritor del Siglo de Oro. La acompañan en escena Ernesto Arias, Nora Hernández y Daniel Migueláñez.
-¿Actuar en casa le pone o le impone?
-Las dos cosas, pero me impone casi más que me pone. Además no conozco el Niemeyer, no sé cómo es su sonoridad...
-¿Y en lo emotivo?
-Irán familia y amigos a verme... Y yo en Avilés trabajé mucho con Margen, estrené 'Papel de lija', 'El burgués gentilhombre', participé en la zarzuela que dirigió Sagi que abrió de nuevo el Palacio Valdés... Nací en Avilés, así que emocionalmente me impone bastante.
-¿Qué sensación le produce volver a los inicios?
-Me emociona mucho hablar de mis inicios. Para mí mis compañeros eran más que eso, eran amigos, y muchos se han quedado en el camino, como José Lobato. Monchi, Cancio y José fueron mis maestros. Los cuatro años que estuve en el ITAE trabajé con Margen, así que cuando miro atrás lo hago con nostalgia y buenos recuerdos.
-¿Almagro, donde llevaron a este Lope, también impone?
-Hay espacios como más cercanos, más familiares, por cómo están construidos, cómo recibes al público. Yo había trabajado allí con dos o tres espectáculos más y es de esos sitios donde miras al público a los ojos, le sientes.
-¿Le ha impresionado algún escenario más que otro?
-El Victoria Eugenia, en San Sebastián. Fui hace años con 'Tiempo de silencio', de la Abadía, y fue impresionante. A mí estos teatros tan grandes me dan vértigo, pero fue empezar, y me pasó una de estas cosas mágicas, que sientes mucho al público. Ver el teatro lleno siempre impresiona.
-¿Y ahora más que nunca?
-Después de todo lo que hemos pasado, más que nunca. Teníamos previsto estrenar en Avilés el año pasado y hubo dos intentos fallidos. Fue muy frustrante.
-¿Qué vamos a ver en 'Lope y sus Doroteas'?
-La función revisa la trayectoria de Lope y se centra en sus últimos años, en su última época. Él revive su juventud a través de 'La Dorotea', una obra de madurez, sobre el amor a la obra creadora, al teatro, a la palabra, a la poesía, a las mujeres, y el enamoramiento. Y, a través de ella, Lope revive el amor a Elena Osorio, a la que conoció con 17 años, y pasa por todas las mujeres en su vida. También habla de la renovación generacional, cuando llegan Calderón de la Barca y toda esta competencia, de la competitividad a la hora de escribir... Pero sobre todo habla del amor. En la función está también el juego teatral dentro del teatro, cómo los personajes recrean e interpretan a los personajes. Y se baila, se canta y tiene algún perfume a la comedia del arte.
-O sea, puro divertimento.
-Es un juego escénico en el que hay comedia, drama, un poquito de tragedia y mucha diversión.
-¿Qué descubrimos de Lope?
-Yo creo que, a pesar de que se conoce a Lope por su obra, se desconoce su vida amorosa, todas las mujeres que pasaron por ella y que son el eje central de su inspiración. Era un ser tan humano, tan cercano, tan de a pie con las pasiones... Aunque también podría considerarse machista, y la obra es una revisión para ver qué comportamientos no encajan con nuestra lectura del amor y las relaciones. Y es además una función en la que las mujeres se emancipan.
-Y usted es Lorenza.
-Es el único personaje no real. Representa a todas las mujeres que pasaron por su vida. Es criada, consejera, ha sido amante, cantante, actriz y también es narradora.
-Hace televisión, teatro, también da clases. ¿Necesidad o gusto?
-Televisión no hago mucha, es algo esporádico. Con el tema de la formación, las clases y talleres, empecé hace 15 o 20 años y fue algo a lo que me resistí mucho tiempo porque no me creía capacitada. Ahora es una parte muy importante de mi vida profesional. No sé si decirle que me gusta tanto o más que actuar. A veces pienso en dejar la interpretación.
-¿Qué dice? ¿Por qué?
-Lo pienso muchas veces. No sé, porque es difícil llegar a donde quieres llegar cuando por ejemplo no salen muchas funciones. Los actores tienen que crecer y los espectáculos no tienen tiempo. Cuando vas a hacer un personaje en la tele, una semana antes o dos días antes te dan el texto, lo aprendes, lo pasas dos veces, ensayas una y vas al set a rodar; en una obra de teatro hay 45 días para ensayarlo y encontrarlo, por eso es importante poderlo trabajar más tiempo en el escenario.
-¿Vendrán tiempos mejores?
-Sí, después de las crisis todo resurge. Me gustaría pensar que se va a apostar por la cultura, que va a haber presupuestos, que los ayuntamientos van a contratar muchas producciones. Pero en Madrid ahora, salvo en los teatros nacionales, se contrata para 20 días con suerte y girar es complicado salvo que hagas un producto muy comercial con cabezas de cartel.
-¿Por qué hace poca tele?
-No ha surgido. Durante el confinamiento pasó algo muy curioso: me surgían muchas pruebas y me tenía que grabar en casa. Pero tienes que entrar en el perfil, y a eso es algo a lo que hace tiempo que no le doy vueltas. No pasa nada, hay otros caminos y otros lugares.
-¿Qué camino será el próximo?
-Tengo un proyecto para ensayar en 2022 y estrenar en 2023.
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