Chapapote reflexivo para no olvidar
El público del Niemeyer se moja en la emoción crítica de 'Nevermore', el último montaje documental de Chévere sobre el Prestige
PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA
AVILÉS.
Domingo, 30 de enero 2022, 01:54
El teatro de base documental lleva ya tiempo consolidándose como una de las bocanadas de oxígeno necesarias para sacar la escena nacional del círculo vicioso ... del neocostumbrismo, la adaptación de autores modernos de otras latitudes o de la revisión más o menos certera de los clásicos. Al aliento innovador que supone se le une el aportar una mirada crítica a la realidad desde las tablas tan necesaria como lo primero para que la dramaturgia tenga una conexión real con el público y la sociedad en la que surge. La compañía gallega Chévere ha contribuido a esta provechosa revolución para que los espectadores salgan de las salas con una perspectiva más reflexiva y atenta a lo que sucede a nuestro alrededor, en montajes tan ácidos y eficaces como 'Eroski Paraíso' o 'Curva España'. Ayer presentaba en el auditorio del Centro Niemeyer su último trabajo, coproducido por el Centro Dramático Nacional: 'Nevermore', creación colectiva pilotada por el capitán libertario del barco, el director, autor y activista cultural Xron.
El desastre del Prestige hace ahora dos décadas es el drama verdadero que aquí se pone a la luz como espejo de las catástrofes a las que pueden llevarnos las irresponsabilidades e incompetencias de los políticos con mando, pero también de cómo la propia sociedad no siempre se traga las ruedas de molino y es capaz de responder colectivamente ante el despropósito institucional.
Testimonios orales de algunos protagonistas anónimos de aquellos hechos recuperan su voz en la de los actores del elenco: Manuel Cortés, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo, Borja Fernández, Mónica García y Arantza Villar, que aportan igualmente sus propias vivencias personales de esos días. La mayor parte de ellos, sino todos, participaron entonces en el movimiento Nunca Mais y en el colectivo artístico Burla Negra, comenzando por el dramaturgo Xron o De Lira, que actuó como portavoz de estas plataformas en las distintas movilizaciones que llevaron a cabo.
En esta función vuelven a implicarse desde su oficio, demostrando toda su calidad interpretativa para que el resultado no sea una especie de manifiesto coral escenificado sino teatro, arte con sus múltiples recursos expresivos en manos de quienes -ayer lo dejaron claro- lo saben manejar para que la ficción construya una verdad.
El trabajo que desarrollan en 'Nevermore' y el relato que articula la pieza, con un ritmo e intensidad de enorme potencia escénica, logran atrapar a quien asiste al drama real desde las butacas desde el primer momento para invitarle a un viaje en el que no solo se le despertará la memoria por unos sucesos aún recientes sino también su visión crítica hacia una realidad como la que ha sacudido el mundo con la pandemia y la crisis global de un sistema tan a la deriva como el rumbo del Prestige cuando se partió a la mitad.
Brutal y genial 'La guerra de los mundos del Prestige', que llena la segunda parte de la obra y todo el sentido de ella. Más cerca de Gila que de Wells, aunque provoque carcajadas hoy fue real y sigue manchando aquella burla negra.
Fueron merecidísimos los aplausos que el entregado público del Niemeyer dedicó a un trabajo colectivo excepcional.
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