Joyce DiDonato, voz pasional de la lírica al jazz
La mezzosoprano estadounidense llenó el auditorio de emoción con un viaje musical del siglo XVIII al XX, con lieder, arias y temas de cabaret
M. F. ANTUÑA
OVIEDO.
Sábado, 9 de enero 2021, 01:10
'En mi soledad'. Así, recurriendo al gran Duke Ellington y buscando rendir homenaje a quienes la pandemia ha dejado sin compañía, ha bautizado la ... mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato los conciertos con que abre 2021 en España, su país de acogida. Ayer emocionó en Oviedo, en el arranque de una minigira con dos escalas sobresalientes: el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, y el Teatro Real de Madrid. Y pese a las restricciones de la covid, no estuvo sola, sino muy bien acompañada tanto en las butacas del Auditorio Príncipe Felipe, prácticamente lleno, como en el escenario, con un magnífico Craig Terry al piano.
Pandemia al margen, quizá esa soledad tenga también que ver con la intimidad, con el gusto por la paz, la emoción y la belleza que transmiten y regalan estos conciertos con solo voz y piano, sin más y sin menos, y con un repertorio hermoso, ecléctico, elegido con mimo exquisito e infinito y con el que realizar un viaje desde el siglo XVIII hasta el XX.
La primera parte de un recital de más de dos horas de duración arrancó con Joseph Haydn, con la cantata 'Arianna a Naxos', y entre arias y recitativos, fue acaparando los primeros aplausos. Simpaticona y expresiva, saludó al público en un castellano, dijo, «mezclado con italiano, inglés y suajili» para agradecer su presencia y confesarse emocionada de poder estar cantando en vivo y en directo. Anunció después su debut en Oviedo con Mahler, «un músico capaz de dar respuestas en estos tiempos confusos». antes de dar paso a las cinco canciones de Rückert-Lieder, compuestas a partir de los poemas de Friedrich Rückert. Sensibilidad a flor de piel en unas notas cargadas de romanticismo que conducirían al descanso tras una generosa ovación del público.
El público agradeció con generosos aplausos la actuación, y la diva le premió con varios bises y mucho sentido del humor
Llegó después una segunda parte más dispar en lo musical, en la que pasó del alemán al francés, el italiano y el inglés, con un buen número de temas arreglados para la ocasión por su pianista para poner el broche. Tomó obras del compositor alemán Johann Adolph Hasse para recrear el amor de Marco Antonio y Cleopatra, antes de acudir a Georg Friedrich Händel y a la ópera 'Giulio Cesare in Egitto' e interpretar 'E pur così in un giorno... Piangerò la sorte mia'. Hector Berlioz fue su siguiente escala en el camino lírico a través de un aria de 'Les Troyens'.
Llegaron ya camino del fin de fiesta las llamadas canciones de cabaret con 'Caro mio ben' del napolitano maestro Giuseppe Giordiani, 'Se tu m'ami' de Alessandro Parisotti se fusionó con 'Star Vicino' de Salvatore Rosa para poner ritmo, color y calor a una noche fría en el exterior que se tornó aún más cálida, más amable y amena, que miraba de frente hacia hacia el jazz y a otros ritmos de la mano de Duke Ellington, con '(In my) solitude'.
Final apoteósico
Llegaría en la despedida 'La vie en Rose', el gran tema de Édith Piaf, pleno de sentimiento, de emoción, de verdad, con un público que ya sabía de la versatilidad de esta diva con pose de antidiva capaz de moverse con abrumadora solvencia en todos los terrenos y de envolver al público con pasión y sobriedad al mismo tiempo. El público lo agradeció con generosos aplausos.
Tan generosos que el respetable acabó poniéndose en pie y DiDonato les premió primero con una pieza al piano a cuatro manos y con 'Somewhere over the rainbow' después, además de otras dos propinas para dar respuesta a las ovaciones, que no paraban. Hasta con palmas la acompañó el público, que disfrutó en el último tramo del concierto de su vis cómica, desprendida y aparcada cualquier impostura lírica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión