Baloncesto, esperanza y dignidad, en medio del horror palestino
Txell Feixas presentó con el Aula de Cultura de EL COMERCIO su crónica del equipo de chicas palestinas que venció al horror
El Aula de Cultura de EL COMERCIO abría ayer su participación en la Semana Negra respaldando la presentación del libro 'Aliadas. Las niñas de Shatila desafían las reglas del juego' (Capitán Swing) de la periodista barcelonesa Txell Feixas. Nuestro jefe de Edición, Miguel Rojo, dialogó con la autora sobre esta crónica de una realidad dura, como la que vive la población palestina en los campos de refugiados, pero también «llena de luz, esperanza y dignidad» Todo lo que eso significa, especialmente para las mujeres y las niñas de infiernos como el de Shatila y de todo el Oriente Medio, sometidas al patriarcado de su cultura, lo representa el equipo femenino de baloncesto protagonista de esta historia.
El relato central sigue la iniciativa de Madji, un padre palestino que decidió hace más de una década enseñar a las niñas del campo de Shatila a jugar al baloncesto, pensando sobre todo en su hija y cómo librarla de un destino que la conducía, por su condición femenina, a un matrimonio forzoso o a la violencia estructural. El escenario, Shatila, un nombre que remite al horror de las matanzas de las milicias falangistas libanesas en ese campo y en el de Sabra, y que hoy es una miniciudad de apenas un kilómetro cuadrado en la que se hacinan entre 30 y 40.000 personas. Ahí en la quinta planta de uno de sus edificios sin agua potable ni luz, tienen su campo de juego y entrenamientos las pequeñas deportistas de este equipo de baloncesto, un sueño utópico que acabará paso a paso materializándose en una experiencia de liberación y empoderamiento para las chicas.
Una historia que remite a muchas otras: del drama doble que viven las mujeres y las niñas palestinas, como refugiadas y como víctimas del machismo de los suyos, a las distintas formas en que ellas mismas han sido capaces de crear «espacios de sororidad y resistencia» o cómo el estímulo del deporte las lleva a poder elegir su propio destino. «Si queréis entrenar, tenéis que estudiar», sigue siendo la divisa que guía a este equipo de baloncesto, campeón en dignidad.
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