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Ricardo Labra y Miguel Rojo, en el homenaje al poeta Ángel González en la Semana Negra de Gijón. Paloma Ucha
Semana Negra de Gijón 2025

La Semana Negra se rinde al «maestro» Ángel González

Ricardo Labra, amigo y estudioso del autor de 'Áspero mundo', recordó con Miguel Rojo al poeta asturiano en el espacio A Quemarropa en los actos de su centenario

Martes, 8 de julio 2025, 06:59

Ricardo Labra (Langreo, 1958) fue amigo personal del poeta Ángel González y es uno de sus estudiosos más destacados, autor de una obra fundamental ... para desentrañar el mundo literario del escritor asturiano de la generación del 50: 'Ángel González en la poesía contemporánea' (Luna de Abajo). Estuvo, junto al también escritor y colaborador de EL COMERCIO, Miguel Rojo, en el espacio A Quemarropa de la Semana Negra de Gijón recordando y divulgando su legado poético, en el marco de las actividades programadas por el festival con motivo del centenario del autor de 'Palabra sobre palabra'.

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El investigador langreano tituló su conferencia 'Ángel González, el poeta de los procedimientos narrativos'. En ella repasó las diferentes etapas por las que discurre su obra, desde los primeros libros como 'Áspero mundo' (1956), 'Sin esperanza, con convencimiento' (1962) o 'Grado elemental' (1962), en los que apuntó que la suya «es una poesía emparentada con los poetas sociales, la primera generación de Celaya o Blas de Otero, maestros suyos. Y luego tiene una etapa de crisis con el realismo literario que coincide con la irrupción de los novísimos. Él entra en una crisis creativa, y también personal que refleja el poema 'Preámbulo a un silencio' en el que dice: 'al final uno tiene conciencia de la inutilidad de todas las palabras', es decir, expresa ese cambio de paradigma», explicó.

Labra subrayaría el hecho de que en ese periodo crítico Ángel González «confronta con los novísimos como había hecho en su momento con 'Áspero mundo' con los garcilasistas, a los que consideraba que utilizaban el escapismo literario y que de alguna manera avalaban al franquismo. Él convierte esa pugna ideológica en confrontación estética». De la misma manera será su choque con los llamados novísimos: «Ideológicamente los sitúa como los escritores después del franquismo y ahí vive un proceso en el que tiene que modificar su escritura, aunque no tiene claro hacia dónde. Lo verá cuando descubre a Machado tardíamente en Austin y a partir de esa lectura traslada su poesía del compromiso social al textual».

Ese es el contexto en el que surgen sus libros 'Procedimientos narrativos' (1972) y 'Muestra corregida y aumentada de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan' (1976). Para Labra, González «se opone a la poesía simbólica y formalista de los novísimos a través de la poesía denotativa, que para Machado es la que está más cerca del habla y por tanto de la prosa, de ahí su apuesta por esos procedimientos narrativos».

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A la pregunta de Miguel Rojo sobre cómo había marcado la vida de González su propia obra fue claro: «Su biografía marcó su ideología y ésta su poética», y ofreció su última aportación como investigador, el dato de que el padre de González (al que no llegó a conocer), fue concejal republicano en Oviedo a inicios del XX. «Eso iba a influir en la posición política de toda su familia y en la de Ángel», dijo. También que militó en el PC hasta la entrada de los tanques rusos en Praga. Era algo unido a su ética, en eso también como Machado. Como autor, Rojo lo había definido como «uno de los poetas asturianos más importantes y queridos». Labra lo amplió: «Un maestro y un autor central de la poesía contemporánea española». No hay debate.

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