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Cuarenta años y un mariachi con Bertín
En Gijón. El cantante jerezano entusiasmó al público que llenó el Teatro de la Laboral
Con un rotundo 'Cuarenta años son pocos' ha titulado su último disco Bertín Osborne y a la gira que lo ha puesto de nuevo ... sobre los escenarios. Más allá de la aparente chulería con que se proclama su buena forma musical, cuatro décadas de carrera no son pocas para un artista, que como ayer demostró en el Teatro de la Laboral, sigue llenando auditorios. Absorbido en los últimos tiempos por sus trabajos en televisión y habitual protagonista de la prensa rosa, su celebridad ha eclipsado en parte su faceta de cantante y con ella su personal aportación a la música popular en español. Hace siete años grababa el álbum 'Crooner' y en él exhibía su calidad como vocalista en ese género. El nuevo trabajo prosigue ese camino abierto sin renunciar al estilo propio con el que se identifica su público. En su concierto gijonés daría cumplida cuenta de todos esos palos en los que se mueve y su capacidad de resolver con desenfado cualquier otro ritmo para su potente voz.
Con un poderoso mariachi sobre las tablas salió el jerezano a paso deportivo para arrancarse con 'La cama de piedra', enlazada en el mismo envite con el clásico 'No volveré', del gran José Alfredo Jiménez. Y en el paréntesis del saludo al respetable, el piropo sonoro de una fan: «Estás buenísimo».
Con los mexicanos fuera de escena y a solas con el teclista iría revisitando, entre monólogos campechanos, su carrera: 'Amor mediterráneo', 'Buenas noches señora'. Breves pinceladas de sus inicios que irían creciendo de nuevo con el mariachi convertido en big band en hits como 'Noches de San Juan', 'Abrázame amor', 'Tú, solo tú' o su particular cover de 'New York, New York', con todo su poderío vocal al descubierto.
Llegaba el momento de dar el salto al nuevo disco y Bertín puso toda la carne en el asador para ir desgranando: 'Dos besos y medio', 'El destello de tus ojos' y la perla de Armando Manzanero en este álbum, 'Por debajo de la mesa', con toque sevillano y reivindicación previa del cantante: «Que vuelvan los toros, coño».
Un pequeño remanso antes de volver a México con el mariachi arriba y 'Ay Jalisco' y el tributo al irrepetible Nino Bravo con 'América'. Y otro clásico de las rancheras, 'Volver, volver', con los músicos viento en popa. Una potencia sonora que seguiría alzando en un nuevo temazo de José Alfredo: 'Yo debí enamorarme de tu madre'. Y empalmaría la juerga cantinera con temas de cosecha propia como 'Llegó borracho el borracho' o universales como 'México lindo y querido'.
El baile enfilaba rumbo a la meta y ahí iban despidiéndose 'La bikina' de Luis Miguel o 'El Rey' de Vicente Fernández con las luces encendidas. Y el adiós con 'Échame a mí la culpa' de Albert Hammond y los fans en pie para aplaudir a este Bertín verbenero, mariachero y muy en forma.
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