La magia del 'efecto' Pumarín

Gracias a diez minutos de auténtica magia el Unión Financiera Baloncesto Oviedo recuperó de manera momentánea el liderato de la LEB Oro con su triunfo por 90-85 al Río Ourense Termal. En un encuentro que estuvo marcado por un golpe fortuito que recibió en la cara Mouhamed Barro en la recta final del mismo, y que obligó a trasladar al jugador senegalés en camilla y con collarín al hospital, para realizarle pruebas al aquejarse de unos mareos. En un principio parece que Barro se encuentra bien quedándose todo en un susto.

La tarde tuvo un inicio emotivo con un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de los incendios que asolaron el Principado y Galicia en los últimos días, así como con el homenaje a los bomberos de ambas comunidades, quienes tuvieron su representación en Pilar Alonso, Directora General de Interior del Principado de Asturias, a quien se le hizo entrega de una camiseta del Ourense y una bufanda del OCB.

Ya con el balón en juego el conjunto orensano no hizo muestra de su condición de farolillo rojo de la LEB Oro, al tomar rápidamente las riendas del partido con un pletórico Daniel Trist, quien en su retorno a Pumarín lideró a los de Gonzalo García de Vitoria en los minutos iniciales con 10 puntos. Por su parte los locales en una semejanza de lo visto en el cuarto final ante el Araberri, sufrían a la hora de buscar el lanzamiento a canasta con una mala elección en el tiro y una mala circulación del balón, lograban cerrar el cuarto por delante (24-23).

Con la llega del segundo cuarto hizo aparición Regi Johnson, a la postre MVP del partido con 28 tantos de valoración al firmar 28 puntos, 6 asistencias y 5 rebotes. El base norteamericano fue el detonante del despegue en el electrónico de los gallegos, quienes tras recuperarse de un buen arranque de cuarto de los de Carles Marco con todo el potencial ofensivo en el juego interior, que les llevó a disfrutar de una renta de 7 puntos (32-25), fueron paulatinamente haciéndose con el control del juego.

Esto les permitió irse al descanso con ventaja, 42-46. Una diferencia que se incrementó tras la vuelta de los vestuarios, y que no fue decisiva gracias al potencial sobre la pintura de hombres como Romaric Belemene y Óliver Arteaga, que dejaron abierta la resolución del enfrentamiento para recta final.

Un último cuarto al que el Ourense llegó con su máxima renta hasta ese momento, 12 puntos (60-72), y que tuvo su máxima expresión después de la primera jugada del cuarto, al reflejarse el 60-74.

Varias decisiones polémicas de los colegiados en el arranque del cuarto hicieron que se avivase el ambiente en las gradas de Pumarín, a la par que el encuentro se volvía algo brusco con mucho contacto físico sobre la parqué.

Al grito de 'esto es Pumarín' y con el Unión Financiera más consistente en defensa y en el rebote, los ovetenses se situaron a tan sólo 4 puntos (72-76) a poco más de cinco minutos, lo que obligó a Gonzalo García de Vitoria a pedir tiempo muerto para intentar frenar el tan temido ''efecto Pumarín'', pero no fue posible. Con Fran Cárdenas en su mejor versión tanto en la dirección, como en la anotación con 14 puntos en el cuarto, y Víctor Pérez dándole el toque de veteranía, el equipo logró ponerse al frente del electrónico (81-80) a 3:07 del final.

Una condición que ya no abandonaron hasta el final, a pesar del susto que dio Mouhamed Barro a minuto y medio de la conclusión, lo que hizo tornar la euforia de una remontada mágica en preocupación.

La próxima jornada el Unión Financiera visitará el sábado, a partir de las 20.45 horas, al recién ascendido Carramimbre CBC Valladolid.