El Unión Financiera recibe al colista con cuentas pendientes

En la vuelta a la normalidad después de pasar la primera jornada intersemanal de la temporada y de disputar tres partidos en siete días, el Unión Financiera Baloncesto Oviedo afrontará esta tarde (18.30 horas, Vinx TV) la quinta jornada de la LEB Oro con la visita al Polideportivo de Pumarín del colista de la categoría, el Río Ourense Termal.

Los ovetenses vienen de perder el liderato de la segunda división del baloncesto nacional tras sufrir la primera derrota del año ante el Sáenz Horeca Araberri, con la que se puso fin al mejor arranque liguero de los hombres de Carles Marco desde que militan en la categoría de Oro.

Un traspiés ante su afición, en cualquier caso, que querrán enmendar esta tarde ante el Ourense para recuperar de nuevo su hegemonía en el 'fortín' de Pumarín y mantenerse al acecho del líder Melilla, el único conjunto que se mantiene invicto.

Pero el objetivo no será fácil para los carbayones, que continuarán con la baja del alero Tadas Rinkunas, que ya se ausentó la semana pasada ante el Araberri a causa de un golpe en un entrenamiento previo. Después de realizarle las pruebas oportunas, el lituano sufre una rotura parcial del ligamento interno de la rodilla derecha que le mantendrá fuera de las canchas entre cinco y siete semanas. Un contratiempo importante para Carles Marco.

Aun así, los locales confían en su gran juego interior, con tres hombres relevantes en este arranque de competición: Romaric Belemene, Mouhamed Barro y Óliver Arteaga. Entre ellos se repartieron la mejor valoración del OCB en los cuatro partidos previos. Además, la dirección de Fran Cárdenas será fundamental para sacar adelante el partido, junto a los puntos del capitán Víctor Pérez, que parece vivir su segunda juventud, y Drew Maynard, quien ante los vitorianos no tuvo una gran tarde y eso lo sufrió el equipo.

Por su parte, el Ourense viene de disfrutar unos días de descanso extra al suspenderse el derbi gallego ante el Coruña, previsto para el pasado domingo, ante la rotura de una canasta en el Pazo dos Deportes Paco Paz durante la ronda de calentamientos previos al partido.

Este contratiempo hace que los hombres que dirige Gonzalo García de Vitoria ocupen el farolillo rojo de la LEB Oro después de un mal arranque de competición, en el que aun no saben lo que es lograr el triunfo. Una racha completamente opuesta a la del OCB hasta la jornada pasada.

Bajo las órdenes de García de Vitoria se encuentra un viejo conocido de la afición ovetense, el pívot británico Daniel Trist, quien tras su paso la temporada pasada por la liga danesa regresó a España con el cuadro orensano. Precisamente, el inglés es uno de lo jugadores que más han brillado en estos primeros compases de campaña, junto al escolta Roope Ahonen, el alero Rokas Uzas y el también pívot Abdoulaye Ndoye, referente en el rebote.

El escolta finés es tanto el máximo asistente como el máximo anotador de la plantilla, con una gran facilidad para el tiro exterior, desde donde también puede anotar el lituano Uzas. La defensa ovetense tampoco podrá descuidar la defensa interior, en la que hacen bastante daño el propio Uzas y Tris.

Esta será la primera ocasión en la que se vean las caras ambos conjuntos después de una temporada pasada en la que se midieron hasta en seis ocasiones ya que sus caminos se cruzaron en los cuartos de final de los 'play off' de ascenso a la ACB, en los que los de Marco se impusieron por 3-1.

No obstante, el Ourense es uno de los conjuntos de la categoría que menos sufren el temido 'efecto Pumarín', ya que, de sus seis visitas desde que militan en la LEB Oro, se llevaron el triunfo en tres de ellas: dos el año pasado, la correspondiente a la fase regular y el primero de los partidos de la serie de 'play off'.

Para Carles Marco este no será un encuentro fácil. «Es un equipo muy completo al que debemos enfrentarnos con la mayor intensidad posible y evitar que sus tiradores tengan buenos tiros», apunta el catalán, quien también hizo referencia al base norteamericano Reginald Johnson, que llegó con la vitola de pieza fundamental del equipo y de momento no se ha adaptado al mismo: «Intentaremos que el base americano siga sintiéndose incómodo sobre la pista y que sus interiores no se encuentren cómodos».