El Ayuntamiento de Gijón se niega «a firmar un cheque en blanco a la FIFA con dinero público»

Reitera que «el primer paso debe ser conocer cuánto cuesta la organización y quién la paga, cuestión que tras un año y medio sigue siendo una incógnita». Es más, el Ayuntamiento, en un duro comunicado, resta valor a la reunión de ayer al no haber representantes del Gobierno regional, ausencia de la que no habían sido advertidos los representantes municipales, que no habrían acudido al entender que se trata de una presencia necesaria. «El encuentro queda invalidado al no haber estado presente el Principado por motivos que no han sido puestos en conocimiento de los representantes municipales», expresa.

En la última línea del documento se deja ver un rayo de esperanza al reivindicar el Consistorio «su interés en convertirse en sede del Mundial 2030 con las mejores garantías organizativas y financieras». Otro pequeño balón de oxígeno al que podría agarrarse el club, en el caso de querer persistir en la carrera, es la más que probable modificación del plazo para rubricar el acuerdo con la FIFA, que terminaba hoy y que, según pudo saber este periódico, la Federación planteó ayer en la reunión su ampliación.

La postura municipal, adelantada por EL COMERCIO, está basada en los informes de los servicios jurídicos y de la Secretaría General del Ayuntamiento, que consideran que el acuerdo con la FIFA es «vinculante». El Gobierno local quiere evitar dar este paso sin contar con un plan económico financiero de toda la operación, puesto que los informes municipales señalan que el Ayuntamiento sería el único responsable ante la FIFA en caso de cualquier reclamación o incumplimiento.

Las sensaciones no eran buenas al término de una reunión que se prolongó durante una hora y veinte minutos en la Sala 1908 del estadio. Los primeros en salir fueron los representantes del Gobierno local, la vicealcaldesa Ángela Pumariega (PP) y el segundo teniente de Alcaldesa y portavoz Jesús Martínez Salvador (Foro). A continuación y con caras serias lo hizo María Tato, integrante de la comisión técnica del Mundial, que acudió a Gijón después de haber visitado por la mañana a los responsables de las candidaturas de Vigo y La Coruña. La acompañaban también con semblante serio el vicepresidente de la Federación Asturiana, Pablo Menéndez, y el secretario general Daniel Pinín. En último lugar salieron, primero, Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio, y al poco Leví Pérez Carcedo, economista y decano de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos. Pérez presentó un avance del informe de repercusión económica del mundial durante el primer tramo de la reunión, que tampoco convenció al Ayuntamiento. «El documento no aporta ninguna luz sobre el momento actual del proyecto al considerar imposible cuantificar los beneficios del evento sin conocer previamente el coste», expresa el comunicado municipal.

Por parte del Gobierno del Principado no acudió nadie, mientras que por videoconferencia participaron José Ramón Cuetos Lobo, presidente de la Territorial, y Alfonso Villalba, vicepresidente del consejo de administración del club, que lo hizo desde México.

Disuelto el encuentro hubo que esperar más de media hora a que saliera el presidente ejecutivo del Sporting, David Guerra, a hacer una valoración. «Fue una reunión interesante, productiva y relevante», fue la idea sobre la giraron todas sus respuestas a las múltiples preguntas sobre el futuro de la candidatura. Apeló al compromiso de no realizar declaraciones sobre el contenido de la reunión para no ir más allá y se limitó a agradecer a todos su asistencia, «especialmente a la Federación Española de Fútbol, que ha hecho muchos esfuerzos por acudir, cambiando agendas». Una hora después el Ayuntamiento de Gijón emitió su comunicado, que deja la candidatura de El Molinón prácticamente finiquitada, salvo un nuevo giro de guión a cargo de Orlegi.

El Sporting, que sigue sin presentar avances en la planificación económica de su proyecto, quiso aportar ayer un avance del estudio de impacto económico que está elaborando la Universidad. Pérez Carcedo expuso que la celebración del Mundial en Asturias supondría un retorno de 250 millones de euros (56 millones en el mes que duraría el torneo y una creación de más de 700 empleos).

El informe, sin concluir, advierte de que las estimaciones han sido realizadas tomando como base escenarios y supuestos moderados con un amplio margen de variación en todos los cálculos realizados. Y no incluye las evaluaciones en efectos tanto promocionales y publicitarios como sociales para toda Asturias.

El Mundial, siempre según el informe, supondría un incremento del 17,8% del gasto turístico actual. La partida de hostelería sería la más cuantiosa: más de 50 millones de euros.

El valor añadido generado por todos los actores en la actividad económica que supone el Mundial es de 49,2 millones de euros. Los analistas consideran que la dimensión 'inversión en infraestructuras' presenta un impacto económico previo al desarrollo del evento, durante el mismo y pudiendo extenderse posteriormente en base al desarrollo de un modelo de negocio, por ejemplo, para el estadio. A este impacto hay que añadir el de las inversiones en infraestructuras de transportes que se realicen desde instancias públicas.

La Secretaría General del Ayuntamiento de Gijón emitió ayer un informe, adelantado en la edición digital de EL COMERCIO, en el que determina que el acuerdo con la FIFA es «vinculante», así como que el Consistorio debería responder «en solitario» ante «incumplimientos y responsabilidades». Entre estas últimas podrían estar las derivadas de los posibles perjuicios ocasionados a los negocios ubicados en los bajos de El Molinón, cuya explotación comercial se desarrolla a través de una concesión municipal vigente hasta 2050 y cuyo titular es la empresa Molinón Espacio Urbano.

El documento señala que «ante la ausencia de un compromiso jurídico por parte del resto de los firmantes del protocolo de intenciones (dado que dicho protocolo no tiene naturaleza de compromiso jurídico y está sin desarrollar) el Ayuntamiento estaría asumiendo obligaciones sin tener determinada su participación en el marco de dicho protocolo y la instrumentalización de tal participación, sin que se haya concretado la cuantificación económica de dichas obligaciones y, lo que no es menos importante, sin una estimación de recursos financieros». «La suscripción de los documentos objeto del presente informe implicaría asumir, a su vez, en solitario los posibles incumplimientos y responsabilidades ante el ente ordenador y regulador del evento», refleja de manera clara el informe de la Secretaría General.

Este informe elaborado por los altos funcionarios del Ayuntamiento coincide, por tanto, con el que ha sido eleborado por los servicios jurídicos sobre la firma del acuerdo con la FIFA y cuyo contenido también adelantó EL COMERCIO.

El documento de la Secretaría General también acusa la ausencia de planificación económica del proyecto. «Tampoco consta la tramitación de ningún expediente, o documentación obrante en expediente alguno, por el que se establezca una estimación de los recursos financieros para el cumplimiento de todos los requisitos relacionados con la remodelación del estadio, incluidas las instalaciones temporales», advierte. «Es una información que debe ser remitida obligatoriamente a la FIFA», señala el informe.

El informe hace referencia al caso de Zaragoza y pone de manifiesto las cosas que se hicieron mal en la capital maña. Dice textualmente que: «El Ayuntamiento ya sacó a licitación el 5 de abril de 2023 el otorgamiento de un derecho de superficie destinado a equipamiento deportivo privado, previa modificación de la normativa urbanística (modificación aislada del Plan General de Ordenación Urbana) como es preceptivo, con la finalidad de que el adjudicatario redacte un proyecto para la construcción del nuevo estadio de fútbol («La Nueva Romareda») para aspirar a ser sede del mundial de fútbol de 2030. El Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón declaró nulo el procedimiento de licitación porque para su consideración como contrato privado excluido de la Ley de Contratos del Sector Público se debería haber determinado en el expediente de contratación que el importe de la valoración de las obras dentro del valor estimado del contrato no superaba el 50% de las prestaciones de carácter privado».

Valencia tampoco será sede del Mundial. Al menos, el club che, que ha llevado la iniciativa en este proceso, ha decidido no firmar la documentación que debía enviarse antes de hoy a la FIFA. Esgrime para ello que existe una inseguridad jurídica al no tener conocimiento de en qué fecha estará la licencia de obras, las fichas urbanísticas, el convenio y cuándo se realizará la auditoría externa que decidió el Ayuntamiento para verificar cuánto queda por pagar de las obras del recinto.

El Valencia se lo ha trasladado a la Generalitat, que sí había suscrito la documentación, como también el Ayuntamiento. La entidad valencianista considera que es una posición responsable (no firmar el documento) para evitar indemnizaciones y futuras sanciones. El Valencia no quiere arriesgarse por escrito a firmar un documento vinculante que, en caso de ser incumplido acarrearía multas millonarias al club. Y es que en ese informe se indica que las licencias y autorizaciones están en regla para empezar las obras, cuando en este momento no es así. Por este motivo el Valencia cree que no deber firmar.

Habrá que ver si la FIFA concede algún plazo alternativo, aunque el máximo organismo del fútbol mundial suele ser taxativo en sus directrices. En caso contrario, las opciones de Valencia para ser sede del Mundial 2030 quedan finiquitadas, situación que nadie se imaginaba al ser la tercera ciudad de España.

Conviene precisar que el caso de Valencia dista mucho de ser el de Gijón. Aquí es el club y no el Ayuntamiento el propietario del estadio y por tanto el que se pone la venda antes de la herida, consciente de que el informe jurídico, igual que ocurre con el caso de Gijón, advierte del impacto económico que puede tener para el dueño del estadio.