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José Francisco Molina (d), como jugador de campo ante Noruega en un amistoso en 1996. RFEF
Noruega, principio y final de Molina como internacional
Clasificación para la EURO 2020

Noruega, principio y final de Molina como internacional

El actual director deportivo de la Federación Española de Fútbol vivió ante el combinado nórdico dos de los episodios más rocambolescos de su carrera

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Viernes, 22 de marzo 2019, 17:17

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Las selecciones de fútbol de España y de Noruega apenas se han visto las caras seis veces en su historia y el duelo dista mucho de ser un clásico del fútbol europeo. Sin embargo, si para alguien han sido decisivos estos enfrentamientos es para el actual director deportivo de la Federación Española de Fútbol (FEF), José Francisco Molina, que curiosamente disputó además solo nueve encuentros con la selección y que para más inri, abrió y cerró su capítulo de internacionalidades en dos curiosos episodios frente a los noruegos.

Su particular historia ante Noruega comenzó un 25 de abril de 1996 en Oslo. La España de Javier Clemente se medía a los escandinavos en un partido amistoso de preparación para la Eurocopa de Inglaterra de ese verano y la fatalidad quiso que el seleccionador español hubiese agotado cuatro de los seis cambios a falta de un cuarto de hora para el final del partido, cuando el defensa colchonero Juanma López caía lesionado. En el banquillo se encontraban Sergi Barjuán, que no estaba inscrito para el partido, y Molina. Lo normal hubiera sido jugar con diez lo restante y ensayar la inferioridad numérica, pero Clemente optó por lo rocambolesco y dio entrada al guardameta... como extremo izquierdo.

El dorsal '18' de la camiseta de Sergi se transformó por obra y arte de un rotulador de color negro en el '13' con el que el valenciano debutó con la selección española y Molina firmó una actuación más que decente e incluso rozó el gol en un remate con pierna diestra desviado a escasos centímetros del arco escandinavo, prueba sobrada de que se trataba de un portero hábil con el balón en los pies, una característica que la evolución del fútbol ha convertido en común en los últimos tiempos pero que hace 23 años no era tan habitual.

La segunda vez que Noruega se cruzó en el camino de Molina fue menos agradable para el guardameta, que esta vez sí actuó bajo los palos. Fue en el debut de España en la Eurocopa de Bélgica y Holanda del año 2000. El portero valenciano atravesaba un momento más que complicado, después de haber protagonizado un dramático descenso a Segunda con el Atlético de Madrid, y su estado de ánimo arrojaba dudas al entonces seleccionador, José Antonio Camacho. «Estaba hundido y no hablaba con nadie», reconoció el técnico murciano, que tras la desastrosa derrota 0-1 ante los noruegos que dejó a España contra las cuerdas decidió dar el relevo a Santiago Cañizares como guardameta, acabando así con la carrera como internacional de Molina, que a partir de entonces se vio totalmente eclipsado por la aparición de Iker Casillas y el rendimiento del propio Cañizares.

De esta manera, Noruega protagonizó el prólogo y el epílogo del libro de Molina con la selección. El combinado nórdico, que se medirá por séptima vez a España en Mestalla, puede parecer un rival cualquiera para la gran mayoría, pero desde luego no para el director deportivo de la Federación, que difícilmente olvidará sus dos experiencias ante los noruegos.

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