«La Superliga es elitista y hecha para los ricos. Se busca el beneficio de los poderosos»

Hay, no obstante, otras opiniones más afines a esta nueva competición, que consideran que, si la industria genera más dinero, también derivará en mayores ingresos para los pequeños a través del reparto de los derechos televisivos. La corriente mayoritaria es, en cualquier caso, contraria a esta creación. Creen que el fútbol se está desvirtuando y que cada vez se tiende más al negocio puro y duro. A la búsqueda del dinero, sin contar con los aficionados.

«Es una liga elitista y hecha por y para los ricos», protesta molesto Curro Cabal, presidente del Covadonga. «Los ricos quieren llevarse el pastel entero y tiene que haber mecanismos de compensación para que una parte de los ingresos llegue a todos», afirma.

Entra en la conversación el máximo dirigente del Caudal, Luis María García, en la misma línea. «Esto es la guerra de los 'súper ricos' contra el resto del mundo y honestamente espero que no triunfen porque sería una mala noticia», mantiene. Aparece también por el debate el Langreo. Habla Víctor Fernández-Miranda, su presidente. «¿La Superliga? ¡No me gusta!», confiesa. Y desglosa después sus motivos. Cree que esta creación para los más poderosos dificulta los progresos de los clubes más humildes. Y en ese sentido apunta a la recién fundada Primera División RFEF como otra liga hecha para la clase pudiente. «Esa competición ya es para ricos», dice.

Aparece un defensor de la Superliga en la conversación. Es Luis Gallego, 'hombre fuerte' del Marino de Luanco. «Ya lo explicó perfectamente Florentino Pérez. El fútbol nacional va a seguir igual. Tal y como están las cosas, hay que producir dinero. Yo lo veo bien y creo que es lo correcto. Hay un porcentaje de derechos televisivos destinados para los equipos no profesionales. Florentino Pérez comentó que habrá una repercusión económica para todos y si es así, es bueno», explica. «La clave está ahora en cómo se reparte ese dinero», añade Gallego.

Miguel López-Cedrón, máximo mandatario del Llanera, en cambio, se muestra contrario. «Hay que ver cómo es y tener más información, pero parece que es un sistema que solo va a beneficiar a los más poderosos», dice. Y encuentra un símil en el baloncesto con la NBA. «No puedo estar de acuerdo con todo lo que sea una liga cerrada. Tienen que premiarse los méritos deportivos. Si no se cumple este principio, no puedo apoyarla».

Asoma por la conversación Diego Junquera, presidente del Gijón Industrial, uno de los primeros clubes asturianos en reaccionar a través de su perfil en Twitter con un mensaje que se viralizó en poco tiempo en redes sociales: «¿No te gusta la Superliga? Lo tienes fácil, apoya al equipo del barrio», se podía leer en el mensaje publicado por el Industrial, siempre defensor de que los aficionados tengan voz en el fútbol.

«Está claro que los que generan el negocio lo quieren rentabilizar. Quieren hacerse dueños del negocio que generan... Esto perjudica más aún a los clubes asturianos que están en Segunda, como el Sporting y el Oviedo», explica Junquera.

Interviene ahora el vicepresidente del Ceares, Xosé Estrada, que cree que esta liga termina definitivamente con la esencia del fútbol como deporte y adultera los principios que rigen la competición. «Rompe lo más sagrado del fútbol: el derecho a conquistar los méritos y triunfos en el campo», afirma

Cuenta Fran Cabal, presidente del Lealtad, que este movimiento supone un «golpe más para el fútbol modesto». «El pastel es para los ricos y así se aumentando más las diferencias que son muy significativas», explica.