Violeta González se proclama campeona de España del peso gallo

Muchas imágenes cinematográficas forman parte del imaginario popular y épico del boxeo. Pero trepar a un ring supone pagar muchos peajes: cejas rotas, ojos morados, costillas magulladas... Dolor. Aunque, del mismo modo, en ocasiones, también viene acompañado de alegrías, éxitos, logros. Es el caso de la púgil asturiana Violeta González, que se proclamó este fin de semana campeona de España del peso gallo en una igualada velada que tuvo como escenario el Frontón Vizcaya de Bilbao.

«Fue una pelea dura, pero dentro de lo esperado. Nos habíamos preparado para ocho asaltos intensos y así fue», explica la boxeadora ovetense, aunque afincada en el País Vasco desde 2010. «De mano partía con algunas ventajas y me funcionaron. Tenía más envergadura y más movilidad de piernas que ella», prosigue Violeta García, que terminó derrotando a su rival, la canaria Davinia Pérez, conocida como 'La niña del martillo', por KO técnico en el último asalto.

Si ya parece complicado en cualquier sociedad la práctica de un deporte como el boxeo, que sea femenino lo hace aún más. Esta veterana púgil, de 36 años, nacida en Oviedo, pero asentada en Bilbao desde hace casi nueve años, ya había ganado en dos ocasiones, en los años 2013 y 2015, a la canaria cuando ambas eran aún amateurs. «Es más que un sueño. Cuando empecé nunca llegue a planteármelo. Era como algo que nunca iba a pasar. Pero ha sido increíble», hace hincapié Violeta González, a la que entrena, desde hace seis años, Josu Lopategi. «Sentí que acababa de conocer al mejor entrenador del mundo y lo aproveché», puntualiza.

La pelea fue igualada. Asalto a asalto. «Pero mantuve siempre bien las distancias», advierte la púgil ovetense, que mira ya más allá de las fronteras españolas. Hacia un título europeo. Aunque, reconoce, «es un camino complicado para todos, que obligará a trabajar a todo mucho».

«Yo pensaba que Davinia la noquearía, pero en una de estas 'se comió' una derecha recta de Violeta a la contra y cayó. Davinia se levantó y siguió, pero yo vi que no era necesario continuar así, porque Violeta iba a ganar, y decidí tirar la toalla, a la vez que el árbitro se metió delante de las dos boxeadoras, y creo que también iba a parar la pelea», señala, por su parte, el preparador la púgil de Gran Canaria, Jony Monzón.

González, que dio el salto al campo profesional hace apenas dos años, se inició en el kick-boxing en Salamanca, pero no fue hasta que su vida la llevó, inicialmente de paso, al País Vasco cuando se introdujo en el mundo del boxeo, que ahora compagina con su trabajo de camarera. «Conocía esta disciplina y me apeteció centrarme más en ella. Es una transición, digamos, normal», asegura.

Pese a haber echado raíces en el País Vasco, regresa a Asturias con asiduidad. «Me entreno con Aitor 'El Diamante' Nieto. Quedo con él en Oviedo y me ayuda», asegura la púgil tras escribir otra página de leyenda.