Un retorno directo de 1,5 millones y casi siete más en publicidad
El torneo de 2022 reunió a 30.000 espectadores y consiguió un 75% de ocupación hotelera en su segundo fin de semana
El torneo ATP 250 que se celebró en 2022 en Gijón dejó un importante poso económico en la ciudad. El Observatorio del Deporte hizo ... un estudio en el que calculó en 1,5 millones de euros el retorno económico directo para las empresas tanto de hostelería y hotelería como de servicios vinculados a la puesta en marcha de la competición. Además, a estas cifras se añadían un impacto publicitario de 6 millones de euros solo en televisión y otros 800.000 euros por aparición en prensa. La aspiración de los organizadores del torneo que llegará a la ciudad en noviembre es que estas cifras puedan ser incluso mejores. Fernando Castaño, presidente de la Federación Asturiana de Tenis, recordó que muchas empresas que participaron en 2022 eran asturianas y que algunas ya le llamaron ayer para interesarse por el proyecto.
La afluencia al Palacio de Deportes no fue ni mucho menos menor. Cerca de 30.000 aficionados acudieron a ver los partidos, dejando una recaudación de cerca de medio millón de euros en taquilla.
Pero la repercusión de este torneo fue más allá. Durante el último fin de semana en el que se desarrolló, la ocupación hotelera en la ciudad, según los datos aportados por la patronal del sector Otea, alcanzó el 75%, llegando al 100% en los hoteles próximos al Palacio de los Deportes, donde se disputó cita. La cita cumplió además con uno de los objetivos que se habían planteado, desestacionalizar el turismo con un torneo de mucho calado en una época de baja afluencia de visitantes.
En el plano deportivo, el ATP 250 de Gijón no se quedó atrás. Diez de los cincuenta mejores jugadores del mundo se dieron cita en la ciudad para ofrecer un alto nivel tenístico que convenció a los espectadores. El británico Andy Murray, ganador de nueve torneos de 'grand slam' y doble oro olímpico, llegaba a la ciudad como uno de los principales favoritos, aunque fue Andrey Rublev, primer cabeza de serie, quien alzó finalmente el trofeo de campeón al imponerse en la final a Sebastian Korda.
Con Dominic Thiem también en la nómina de participantes, la gran estrella del torneo fue Pablo Carreño. El gijonés formado en el Real Grupo de Cultura Covadonga centró todas las miradas durante la competición. Cargado de ilusión llegó el tenista a la cita, aunque no pudo pasar de cuartos de final, después de caer ante el francés Arthur Rinderknech. El cuadro, en el que estuvieron presentes Roberto Bautista y Feliciano López, así como el italiano Fabio Fognini, era más propio «de un ATP 500 que de un 250», en opinión de los propios participantes
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