Los astilleros exigen igualdad de condiciones ante la «competencia desleal internacional»
La patronal Sea Europe, a la que pertenecen Gondán y Armón, denuncia el «efecto distorsionador» que tienen las ayudas en terceros países mientras en la UE están prohibidas
El pasado mes de mayo, los Estados miembros de la Unión Europea firmaron la Declaración de Szczecin, una hoja de ruta sobre la estrategia industrial ... marítima europea que plantea una visión conjunta en un contexto marcado por la transformación energética, los desafíos económicos globales y la necesidad de mantener la competitividad internacional. Precisamente ese último aspecto es uno en los que se centra la patronal naval comunitaria, Sea Europe –en la cual se integran Armón y Gondán, a través de la Fundación Centro Tecnológico Soermar–, que se muestra «particularmente complacida» ante la iniciativa en un entorno de inestabilidad, determinado por «las crecientes tensiones geopolíticas, la competencia internacional desleal y los desafíos climáticos urgentes».
En ese sentido, desde el organismo, que representa a la industria europea de la construcción naval en 16 países –incluyendo la reparación, el mantenimiento y la producción de todo tipo de buques y estructuras flotantes–, alertan de «los efectos distorsionadores agudos» que generan los subsidios públicos en algunos terceros países, sobre todo teniendo en cuenta que las ayudas estatales a la construcción naval fueron abolidas en Europa en 2013. Advierte, además, de la «dependencia total» de Asia, que suministra el 94% de la fabricación naval mundial. China y Corea del Sur son dos países que han consolidado su hegemonía gracias a décadas de falta de atención por parte de las instituciones comunitarias. Una situación que «plantea un riesgo para la seguridad económica, especialmente en tiempos de crecientes riesgos geoestratégicos».
La construcción naval tiene, al mismo tiempo, compromisos similares a los de la industria en general en materia de descarbonización. La Organización Marítima Internacional establece como objetivo reducir el 40% las emisiones de CO2 para 2030 y entre el 20% y el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero, un reto para el que propone el recorte gradual de las mismas a través del rediseño de buques y la búsqueda de combustibles alternativos como el metanol o el amoniaco. En esa línea, Sea Europe subraya el papel clave que la industria de la construcción naval representa para la autonomía estratégica y la seguridad, y reclama la «necesidad urgente de garantizar igualdad de condiciones con la competencia extranjera mientras se asegura una posición sólida en nuevas tecnologías de descarbonización».
Asturias, bien posicionada
En ese escenario, los astilleros asturianos, Gondán y Armón, se encuentran muy bien posicionados en la transición hacia ese nuevo modelo y han sabido esquivar la competencia asiática especializándose en productos diferentes por tamaño, costes y función, como buques offshore y de asistencia a plataformas, oceanográficos y de investigación o los ferris más rápidos de la actualidad.
No obstante, resulta necesario que la UE refuerce la competitividad a largo plazo, porque hay otros retos importantes por delante, como la falta de mano de obra. El sector, señalan desde el consorcio europeo, cuenta con «una fuerza laboral envejecida» y considera prioritario apostar por la recualificación para hacer frente a los desafíos derivados de las transiciones verde y digital.
Asimismo, Sea Europe pone el foco en las dificultades de financiación con que se encuentran las navieras del Viejo Continente, que les impide acceder a algunos proyectos: «Las reglas bancarias de la UE hacen que los bancos comerciales europeos sean reacios al riesgo y los alejen del financiamiento de buques, con un impacto negativo en las inversiones marítimas en Europa».
Aun así, los astilleros privados españoles atraviesan un buen momento, con su mejor cifra de pedidos desde 2011. A cierre del primer trimestre del año, los asturianos suponen el 34% de la cartera de pedidos nacionales, tan solo por detrás de los gallegos (42%) y por delante de los vascos (23%). No obstante, si se tiene en cuenta la actividad ponderada, Asturias lidera la tabla con el 70% de los contratos en vigor, frente al 17% de Galicia y al 13% de País Vasco.
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