«Hay que convertir Asturias en un punto de innovación claro entre todos»

. Nicolás de Abajo no varió ayer su ritmo de trabajo habitual, salvo para atender el elevado número de llamadas y mensajes recibidos después de que LA VOZ DE AVILÉS-EL COMERCIO adelantara en exclusiva su nombramiento, a partir del próximo 1 de julio, como máximo responsable mundial de los centros de I+D de ArcelorMittal, trece en total repartidos en siete países. El actual director de los centros de Global&RD de Avilés (dos) y del País Vasco abrió un hueco en su agenda para atender a este periódico.

–¿Va a tener que cambiar ahora su mochila habitual y su ordenador por otros mayores y más potentes?

–La mochila es modular y admite bastante carga, así que no creo que tenga que cambiarla. (Risas). A lo mejor ahora va a tener más desgaste y también es cierto que al moverte más dependes más de la tecnología, así que a lo mejor eso requiere algo más potente para estar mejor conectado. Pero de momento no entra en mis planes.

–¿Cuántas felicitaciones ha recibido hoy?

–Internamente ya se había hecho una comunicación y por lo tanto ya me habían llegado. Las de hoy han sido de otro tipo, todas muy amables, la de gente que te da la enhorabuena y otros la enhoramala, pero ves que hay mucha gente que te tiene cariño y se alegran por el aspecto personal y por el proyecto que lanzamos hace diez años. Y este nombramiento supone también un espaldarazo a ese proyecto.

–Primero hay un reconocimiento personal. Será por algo.

–Bueno, este un nombramiento para una sola persona, es verdad, pero esa persona representa un proyecto, unas ideas y una forma de trabajar que han llevado a cabo muchas personas.

–¿Y también un reconocimiento a la labor de los centros de Avilés y el País Vasco?

–Yo creo que parte de una voluntad de trasladar algunas cosas que se han hecho aquí a otros sitios. Pero por otro lado este proyecto nuevo es muy respetuoso con los demás, no se trata de imponer una uniformidad. Ese modelo de convivencia y de colaboración que ha habido a nivel mundial también se trata de reconocer. El modelo de Avilés y del País Vasco que se puso en marcha ha sido muy inclusivo y muy participativo y eso se quiere destacar ahora también.

–¿En todo caso cuánto pesa en este nombramiento la decisión de Greg Ludkovsky?

–Él es el que toma la decisión, como máximo responsable de I+D de la compañía, de la que es vicepresidente. Pero me consta que la decisión está consensuada con su equipo de dirección, con el responsable de los equipamientos de Francia y España, con el de América, el belga..., con todos ellos decide la creación de este nuevo puesto al creer que puede ayudar a que haya una mayor convergencia entre los centros.

–Pero sí parece que ha habido un «enamoramiento» de Greg Ludkovsky con los centros de Avilés, sobre todo, y el País Vasco.

–Si articulamos los motivos de ese enamoramiento, puede que sea así, pero ahí entra todo el conjunto de circunstancias que nos adornan: un entorno magnífico, una calidad de vida muy alta y una forma de trabajo muy saludable. Y observa además que en el centro hay enormes dosis de entusiasmo por el trabajo que se realiza, con una gran creatividad que se emplea ante el planteamiento de problemas complejísimos y se llega a resultados tangibles y medibles en factores económicos, con resultados que él puede presentar a la empresa.

–¿Qué va a suponer para ArcelorMittal el que todos los centros de I+D queden bajo la dirección de un responsable único con usted al frente?

–Pues supondrá el tomar unas decisiones más unificadas sobre inversiones en los distintos centros, actividades con mayor prevalencia en unos que en otros, cómo se va a articular una mejora de la eficiencia, que aspectos como el de la digitalización se haga de una forma coordinada... En definitiva, el poder tener un punto de referencia para que en aspectos estratégicos y de eficiencia pueda haber una visión conjunta. Hasta ahora es verdad que todo eso estaba un poco más atomizado.

–¿ArcelorMital va a volcar los resultados de su I+D en beneficio propio, para su negocio interno, o también lo utilizará como un elemento más, susceptible de 'vender' a clientes externos?

–La estrategia de la empresa no va a cambiar, va a seguir siendo la misma. Se continuará con una apuesta clara por el producto acero, con un recorrido por delante importantísimo, pero sin obviar otros temas que tecnológicamente nos pueden afectar en el futuro, la impresión 3D, la nanotecnología, todo lo relacionado con las megatendencias tecnológicas, y para ello debemos estar preparados para lo que pueda ocurrir en las próximas décadas.

–¿Y por dónde van a seguir las apuestas de la compañía?

–Pues por seguir siendo el proveedor clave de sectores muy variados, como el del automóvil, sector energético o la construcción, con productos de altísimo valor añadido y diferenciales en el mercado, con un sistema de producción que optimice los costes, continuar con su estrategia de globalización con una oferta muy diversificada. Y todo eso con un acento claro en la seguridad y en la salud, que es el pilar sobre el que debes apuntalar todo lo demás. Hay una combinación cada vez mayor entre nuevos materiales, nuevas tecnologías y soluciones y ahí es donde va a seguir la empresa.

–¿Y qué es lo que queda por venir?

–Hay otro factor estratégico, que es todo el proceso de transformación digital de la compañía, en donde también tenemos la suerte de tener un coordinador en Asturias dentro de I+D, que es Carlos Alba. La digitalización ya no es una opción, es un proceso en marcha, continuo e irreversible.

–ArcelorMittal es líder mundial de la siderurgia. ¿Lo es también en I+D?

–No soy la persona más adecuada para valorarlo, pero yo creo que lo es. Es un referente en I+D aplicado a los tres conceptos de materiales, tecnologías y soluciones. Hay pocas empresas en el mundo que incluso en estos años de crisis hayan hecho una apuesta y una inversión tan enorme como la realizada por ArcelorMittal. Es una apuesta personal de la familia Mittal, que cree profundamente en la I+D, mientras que la figura de Greg Ludkovsky lo que ha conseguido es hacer converger la estrategia de I+D con la de la empresa.

–En esta tarea, ¿qué es lo que ha aportado de singular los centros de Aviles?

–Por su juventud, los centros de Avilés se han reinventado más veces que otros centros más veteranos, con más tradición, respondiendo a los cambios de forma más rápida, fruto de su 'edad'. Y lógicamente gracias al esfuerzo de la gente que trabaja aquí.

–Parece claro que las sinergias que se van a abrir ahora con esa coordinación de los centros se adivinan muy importantes, mucho más que las que puedan aportar los 1.550 trabajadores actuales de la I+D.

–Esas sinergias ya existían, pero es cierto que a partir de ahora van a ser exponenciales. Cada centro tiene una red potentísima y única y con la potencia de todos los centros y de sus redes, y la digitalización va a tener mucho que decir en ese sentido, la fuerza científico-tecnológica va a ser descomunal.

–Me atrevo a preguntarle a todo un responsable mundial de I+D cómo ve el futuro de Asturias en general.

–Asturias, integrada en el mundo occidental, tiene su futuro en la capacidad de innovar, de dar soluciones diferenciales que te permitan acceder a los mercados, de moverte en unas estructuras cada vez más complejas y de ser capaz de estar permanentemente creando cosas nuevas que aporten riqueza en el entorno. Asturias tiene elementos importantes para alcanzar el éxito, Tiene talento, tiene una Universidad que aporta valor, tiene una estructura económica fuertemente industrial, que es un valor también muy importante, tiene unas condiciones sociales extraordinarias, una calidad de vida muy alta, atractiva para mucha gente. Hay que convertir Asturias, entre todos, en un punto de innovación claro que permita generar productos que aporten valor y creen riqueza en torno a ellos.

–Por eso usted va a seguir viviendo en Asturias.

–Sí, así es. Me parece importante tener mi residencia aquí. El ambiente en el que tomas una decisión también es muy importante.