Las empresas asturianas ponen el foco en la internacionalización para seguir creciendo
La carga burocrática, la excesiva dependencia de la UE para exportar y la volatilidad de las materias primas son algunos de los retos que afrontan.
El último gran proceso de internacionalización de las empresas españolas se produjo en 2008, condicionado por el poco margen que daba la crisis financiera. Ahora, con la lección aprendida, los expertos consideran que es mejor dar ese paso de una forma planificada que permita aprovechar el mejor momento para la organización. En 2023, Asturias cerró el año con un crecimiento de las exportaciones del 1,78% y un saldo positivo de 775 millones de euros, según los datos publicados por Asturex, pero el tejido de la región todavía tiene retos importantes por delante, como el exceso de burocracia, la dependencia de los países de la Unión Europea o la volatilidad de las materias primas.
Esas son algunas de las conclusiones que se pudieron extraer este miércoles de la jornada 'Internacionalización desde Asturias', organizada por APD y BBVA en Gijón. Precisamente, durante la mesa redonda, la responsable de Soluciones Internacionales de la entidad financiera en la Teritorial Noroeste, Ángela Pardeiro, incidió en las diferencias existentes a la hora de llevar a cabo la internacionalización: «No todas las empresas están en el mismo momento, cada una tiene su propia estrategia de crecimiento, pero salir al exterior es clave porque les permite incrementar ventas, ingresos y ser más resilientes, además de diversificar riesgos». Asimismo, Pardeiro hizo hincapié en la labor de acompañamiento de BBVA: «Somos un socio sólido para ayudar a las empresas a salir al exterior, por el bagaje que tenemos y por la red de especialistas que apoyan esos procesos». Además, apuntó que cuando una empresa decide internacionalizarse requiere de un proceso de «aprendizaje y adaptación», y dejó claro que esas compañías necesitan «por un lado, conocimientos y, por otro, los recursos necesarios», unos recursos que en ocasiones las pymes no tienen y que, tal como indicó, pueden ofrecer las entidades financieras.
Por su parte, la presidenta de Fade, María Calvo, recordó durante su intervención que «internacionalizar no significa perder nuestra esencia», y resaltó que «lo que hace fuertes a las empresas asturianas en el exterior es precisamente su identidad, su historia y la calidad de lo que producen». En ese sentido, hizo hincapié en que «ya sea del sector agroalimentario, metalúrgico o tecnológico, las empresas asturianas están siendo reconocidas por su innovación, por su capacidad de adaptación y por la calidad de sus productos y servicios». Remarcó la presidenta de los empresarios asturianos que «el éxito de la internacionalización depende del esfuerzo colectivo, de la colaboración entre los sectores público y privado, del acceso a la formación, de la inversión en innovación y tecnología y de un compromiso firme para superar las barreras que aún existen».
Esos retos y barreras son diversos, pero tienen puntos en común. Bruno López, director general de Asturex, advirtió de la «excesiva dependencia» en las ventas dentro de Europa, especialmente en países como Alemania, Francia e Italia, con el riesgo que ello conlleva. Aun así, reconoció que es «muy difícil» decidir qué mercado exterior abrir fuera de la Unión Europea, pues conlleva riesgos como ha ocurrido con Rusia o Ucrania, «mercados en los que muchas compañías asturianas habían puesto sus esfuerzos». Aludió también López a la relación directa entre innovación e internacionalización: «En Asturias hay, aproximadamente, 650 empresas exportadoras regulares y, al mismo tiempo, unas 600 empresas innovadoras. Si se pudiera saber con certeza, seguramente veríamos que coincidirían».
Otro factor determinante para las compañías, tal como explicó el director general de Aleastur, Pedro Peón, son las materias primas: «China se ha hecho propietaria de ellas y, por lo tanto, los precios dependen de ellos. Hay que reducir esa dependencia». Para sortear los obstáculos que se presentan a las empresas, Peón reconoció la necesidad de «crear alianzas y relaciones a largo plazo como las de la banca», que dan seguridad y acompañamiento. Además, en relación a cuándo es mejor afrontar este tipo de procesos, planificados a largo plazo, argumentó que «en los momentos de bonanza es cuando hay que sembrar, porque luego es tarde».
El responsable de Banca de Empresas y Corporaciones en BBVA, José García Casteleiro, que también participó en la jornada, quiso destacar, por su parte, el «claro perfil exportador de Asturias, con empresas asociadas a la industria que son un ejemplo de cómo buscar mercados exteriores es una fuente inagotable productividad».