Arcelor avisa de que «todas las plantas en Europa están en riesgo de cierre» en 2025

Presidente de ArcelorMittal Francia desde octubre del año pasado, Le Grix de la Salle repasó la situación de la siderurgia europea y puso toda la presión del lado de la Comisión Europea y del plan para el acero que se ha comprometido a poner en marcha en sus primeros cien días de mandato. Prevén que se presente en marzo y que, en el segundo o tercer trimestre, la multinacional pueda aclarar qué sucede con sus planes de descarbonización. En la actualidad, «no tenemos ninguna garantía de rentabilidad para esas inversiones», aseveró, mientras que tampoco cuentan con ningún tipo de «visibilidad sobre la reglamentación ambiental».

Además, insistió en la necesidad de contar con medidas «urgentes y concretas» que creen un comercio justo, sobre todo cuando otras economías están protegiendo sus mercados de la sobrecapacidad mundial, con el foco puesto en el acero asiático. «Estados Unidos protegen su industria por todos los medios. El acero viaja y no estamos en contra de las importaciones, pero tienen que limitarse y no tener un efecto devastador sobre nuestra industria», demandó el presidente de la filial gala, sobre todo en referencia a los costes del CO2 que no asumen los productores extracomunitarios. En la actualidad, argumentó, estos son alrededor del 10% del precio, pero para 2030 esperan que sean el 25%.

En este sentido, Le Grix de la Salle habló de tres cuestiones clave: el nivel excesivo de importaciones, que ya suponen un tercio del acero que se consume en Europa; el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), «que no es suficientemente eficaz y en la situación actual no protegerá a la industria», y, en tercer lugar, que los clientes no están dispuestos a pagar más por el acero verde.

Mientras, las importaciones de acero en Estados Unidos han caído un 25% en 10 años y en Europa se han disparado un 65%. «Las importaciones no pueden pasar súbitamente de suponer el 15% del consumo al 30% porque otros países se protegen», lamentó.

A esto, el presidente de Arcelor Francia sumó otro fenómeno, «la explosión de los costes energéticos, que supone una pérdida de competitividad que impacta en Arcelor y en nuestros clientes», que también están sufriendo una competencia asiática desleal.

En este contexto, el enfado aumenta entre los trabajadores de las factorías que van a cerrar y cunde el nerviosismo en las plantas que cuentan con hornos altos, porque los doce que tiene la multinacional en Europa «están en peligro», apuntó también Le Grix de la Salle. El jueves, en la factoría de Dunkerque, alrededor de 300 trabajadores participaron en un encuentro organizado por el sindicato CGT «en contra de la quiebra de la industria» y para pedir la nacionalización de la planta. Arcelor cuenta allí con más 3.200 trabajadores directos, muchos de ellos en situación de paro parcial, con un mecanismo similar al expediente de regulación temporal español, por la baja actividad.