Así ven la situación económica actual los empresarios asturianos
Aunque las perspectivas generales no son halagüeñas, el balance a nivel empresarial es favorable y con visos de mejorar
Lo recordó la presidenta de Fade, María Calvo, este sábado en La Lupa, que los datos económicos «no son buenos», y que lo que ... piden los empresarios no son «ni subvenciones ni ayudas, sino reglas del juego que nos permitan competir en igualdad de condiciones». Una visión que viene a corroborar el análisis que el empresariado del Principado lleva realizando en los últimos meses, y que ahora ha sido plasmado en el informe 'Perspectivas Asturias 2023', que ha realizado la consultora KPMG en colaboración con la CEOE. Hay sombras, pero también luces. De hecho, afirman un 58% de los consultados que la situación de la economía asturiana es «mala o muy mala» y hasta un 38% vaticina que va a empeorar este año. Sin embargo, la pesimista visión se torna en más optimista a la hora de mirar para sí mismos, y dos de cada tres directivos (un 64%) tilda de «buena o excelente» la situación de su compañía y un 42% señala, incluso, que mejorará.
Pero vayamos al principio. La encuesta de KPMG se realizó de manera 'online' entre diciembre de 2022 y febrero de 2023. Es decir, ya se conocían cifras como que el IPC cerró el año pasado con una subida del 5,8%, después de una senda descendente que se inició tras el pico del 11,1% registrado en julio de 2022. También que la tasa de paro con la que el Principado cerró el pasado ejercicio fue del 14,39% frente al 12,87% de la media nacional –fue la región que encabezó la subida del desempleo total en España al cerrar con 61.400 parados–, según los datos de la Encuesta de Población Activa, y que esos números se debieron, fundamentalmente, a un gran aumento de la tasa de desempleo juvenil. Cabe decir, no obstante, que la región fue en febrero, tras Aragón, donde más se redujeron las personas sin trabajo, 63.329 a cierre de ese mes.
Así las cosas, se extendió una consulta para ver la visión que, en este año electoral, tenía el empresariado de la región. Respondieron 60 directivos de una alta representación. De hecho, el 36% de los que ofrecieron sus respuestas factura más de 200 millones de euros al año y un 34% cuenta con más de mil empleados. Por sectores, el 42% se enmarca en el ámbito tradicional del Principado, la industria, un 10% en el energético, un 8% en el sector químico y un 6% en el de las infraestructuras.
Con ese panorama sobre la mesa, el 56% de las empresas del Principado pusieron precisamente a la inflación a la cabeza de las grandes amenazas para la economía nacional en los próximos doce meses, eso sí, solo dos porcentuales por delante de la incertidumbre política que plantean las citas electorales de este 2023.
En los mapas de riesgo para los negocios está la volatilidad de los precios de las materias primas o el coste de la energía
Pero, volviendo a esa visión del impacto de la inflación en los negocios, hasta un 74% de los directivos confesó que había sido «alto o muy alto» en los márgenes de beneficio de su organización, lo que obligó a un 60% a redefinir sus políticas de precios para repercutir el incremento de los costes y otro 22% planea hacerlo en los próximos doce meses, según recoge el informe de KPMG.
Además, en los mapas de riesgo de las empresas de Asturias para sus negocios, encabezan las preocupaciones la volatilidad de los precios de las materias primas, el coste de la energía así como los riesgos regulatorios.
Buena marcha
En cualquier caso, y a pesar de la situación de incertidumbre, dos tercios de los empresarios (66%) confía en aumentar sus ventas a lo largo del año y la mayor parte de ellos (56%) prevé subir la inversión (seis puntos porcentuales por encima del dato nacional). La prudencia impera a la hora de hablar del empleo, ya que solo un 24% expresa su intención de ampliar plantilla, aunque un 48% sí dice que la mantendrá.
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Desde un punto de vista operacional, señalan el informe que hasta el 34% de los directivos asturianos prevén realizar adquisiciones en estos próximos meses, un 30% cerrará algún tipo de alianza y un 18% alguna fusión. Además, también manifiestan hasta un 24% que se desprenderán de negocios 'non-core'.
¿Y cómo se pueden resumir las peticiones del empresariado regional a los Gobiernos central y asturiano? En el primer caso, junto a esa lucha contra la inflación, un 66% cree que, en el primer caso, se debe poner el foco en «consolidar la seguridad jurídica» –las respuestas fueron antes del 'caso Ferrovial'–, y un porcentaje similar reclama tanto incentivos fiscales a la inversión como la simplificación y coordinación de las fiscalidades estatal, autonómica y local. En un plano regional, y volviendo a recalcar esa urgencia transmitida por Fade sobre la necesidad de que las empresas ganen tamaño, dicen los empresarios que el mayor obstáculo para ganar dimensión está ne las trabas administrativas y regulatorias, además de en las cargas fiscales y la rigidez del mercado laboral.
La falta de profesionales, un riesgo para crecer
Llevan meses advirtiendo de un problema que cada vez se torna más acuciante. Por varios motivos, la mayor especialización del sector productivo y la aparición de nuevas tecnologías y sectores emergentes, unido a la competencia global por la captación del talento y, por supuesto el estancamiento demográfico. Y la encuesta así lo refleja. Señalan los directivos del Principado que el proceso de transformación digital en el que están inmersos (un 90% se ha replanteado su estrategia) requiere de nuevas capacidades y habilidades, por lo que el 42% señala la atracción y fidelización del talento es uno de sus grandes retos en los próximos tres años (el 34% lo pone en sus prioridades estratégicas para este 2023). Lo dicen después de reconocer más de la mitad de los encuestados que están encontrando serios problemas para incorporar los profesionales que necesitan y un 60% que ese déficit supone un importante riesgo para el crecimiento de los negocios. Eso sí, los empresarios asturianos hablan de la formación como esa área de la propuesta de valor a los empleados sobre la que más van a poner el foco, pero, sin embargo, solo cuatro de cada diez aseguran que en sus empresas existen programas de 'upskilling' y 'reskilling' para su plantilla. Un último apunte, el modelo de trabajo híbrido, con más peso del presencial, será el más habitual. El teletrabajo no cuaja.
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