La integración de ALSA en el grupo británico, un matrimonio por sorpresa que dura 16 años
La empresa asturiana se incorporó a la multinacional inglesa en 2005 con la promesa de mantener su independencia y marca
La operación se gestó durante meses, aunque, oficialmente, se dio a conocer en octubre de 2005 y cogió por sorpresa a todo el sector. ALSA ... y National Express anunciaban en ese momento un acuerdo por el que la compañía de origen asturiano se integraba en el operador británico. Según este pacto, National Express pagaba 381 millones de euros y asumía una deuda del grupo español de otros 289 millones. La operación se hizo en dos etapas: primero, National Express abonó en metálico a la familia Cosmen 217 millones de euros y, después, emitió 13,5 millones de nuevas acciones, representativas de un 9,9% de su capital.
Entonces, José Cosmen se comprometió a que tanto la marca ALSA como el grupo gestor en España se mantendrían, algo que se ha cumplido. La operación tenía un carácter estratégico para ambas partes, National Express crecía y entraba en nuevos mercados, mientras que ALSA ganaba capacidad económica y estructural para continuar su expansión en una época marcada por las concentraciones en el sector en todo el continente.
La integración dio lugar al primer gran operador de transporte de viajeros por carretera de Europa gracias a la buena posición de ambas compañías en sus respectivos mercados, que en el caso de ALSA suponía el 50%. Además, la compañía asturiana entraba en el consejo de administración de la británica mediante la representación de Jorge Cosmen.
En sendos comunicados, las dos firmas destacaron en aquel momento las oportunidades de negocio y perspectivas que se presentaban con el nuevo grupo, y que la operación iba a crear valor para los accionistas, los clientes y los empleados. Gracias a ella pudieron soportar mejor las crisis que vinieron después.
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