La falta de organización del trabajo está presente en 6 de cada 10 accidentes laborales en Asturias

En concreto, en los 33 siniestros que fueron objeto de estudio –29 graves y cuatro mortales– se detectaron un total de 98 causas –un promedio de tres por cada uno–. El foco principal por el que se producen los incidentes investigados es «una organización del trabajo insuficiente, incorrecta o directamente inexistente», presente en el 67% de los siniestros. Las causas individuales, por su parte, influyeron en el 52% de los accidentes, pero destaca el informe que «una gestión de la actividad preventiva insuficiente o inadecuada» se situó en tercer lugar, estando presente en el 45% de los casos. Dentro de la organización del trabajo, la subcausa más representada es el método erróneo para realizar las tareas, que se repite hasta 17 veces. Además, en ocho ocasiones hubo formación o información inadecuada o inexistente sobre la tarea a realizar.

Los datos, no obstante, varían en función del sector analizado. Por ejemplo, la mala organización del trabajo fue una de las causas del 57% de los accidentes en la construcción y del 56% en el sector primario, pero el porcentaje baja al 39% en los servicios y hasta el 27% en la industria. El sector terciario es el que más causas relativas a la gestión de la prevención presenta (24% de los accidentes), seguido de la construcción (21%), la industria (13%) y, por último, del sector primario (11%). En cuanto a los factores individuales, predominan, sobre todo, en el sector primario y en la industria, donde se detectan en el 33% de los siniestros, mientras que en los servicios están presentes en el 20% y en la construcción, en el 11%.

El estudio incide en que aunque solo en el 6% de los accidentes investigados no se había realizado la evaluación de riesgos del puesto de trabajo, únicamente en 18 casos se identificó alguno de los que los provocaron. De hecho, aunque en 15 de estos siniestros había previstas medidas preventivas al respecto, solo en uno de ellos se habían adoptado. Es decir, el proceso preventivo estaría completo solo en el 3% de los casos.

La salud y la seguridad laboral se han situado en el centro del debate público a raíz de la sucesión de accidentes ocurrida en 36 días, desde finales de agosto, cuando falleció un leñador en Piloña tras recibir el golpe de una rama en la cabeza. A este le siguieron el de El Musel, con dos fallecidos y cuatro heridos; el de Figaredo, con un muerto; el de Arcelor, con tres operarios afectados por quemaduras e inhalación de humos; el de Tadarsa, con otros dos lesionados; el de Cancienes, que se saldó con un fallecido, y otros dos ocurridos el viernes en Gijón en un intervalo de cinco minutos, con dos heridos. En los últimos cinco años naturales, de 2019 a 2023, se produjeron en el Principado 444 accidentes de trabajo graves o mortales, según el análisis del Sadei con las estadísticas del IAPRL.

En ese sentido, hace tan solo unos días, la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) reconocía su alarma por la sucesión de accidentes graves, no solo por el «drama» que suponen, sino también por la responsabilidad que tienen los empresarios «a la hora de organizar el trabajo en nuestras empresas, con entornos seguros». La patronal propone trabajar para «conseguir una integración real de la prevención en toda la cadena de mando» y considera que todo pasa por comprender que la prevención de riesgos laborales es «una responsabilidad colectiva».

Sin embargo, los sindicatos no lo ven así. El secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, a raíz de la cadena de accidentes, defendió que «los encargados de garantizar la vigilancia y la salud en el trabajo, y de que se cumplen los protocolos, son los empresarios». Una opinión compartida por su homólogo en CC OO de Asturias, José Manuel Zapico: «La responsabilidad es única y exclusiva de la parte empresarial. Lo que produce enfermedades y muertes son los centros de trabajo tóxicos».