«Los ingresos se aumentan con más actividad económica y mayores facilidades a las empresas»
«El compromiso con la empresa ha de partir del presidente del Gobierno asturiano y trasladarse a toda la estructura. Debe coordinar para sacar el máximo rendimiento»
En el ecuador de su mandato, la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) se mantiene firme en su defensa de empresas y empresarios. ... Porque María Calvo (Gijón, 1975) es una convencida de que «la mejor política social es el empleo» y de que poner a la actividad económica «en el centro de la política mejoraría las condiciones de vida de muchas personas».
–La Encuesta de Población Activa (EPA) reflejaba esta semana un sabor agridulce: menos paro y más ocupación, pero Asturias sigue a la cola de España en tasa de actividad. ¿Cómo lo analiza?
–Que el desempleo siga disminuyendo es una buena noticia y se debe fundamentalmente al impulso de las empresas y de la actividad privada que son las que siguen demostrando compromiso y capacidad de contratación. Solo se puede confiar en que esta senda se consolide y no sea únicamente fruto de un periodo concreto para ir mejorando esa tasa de actividad, que es uno de los grandes problemas de la región.
–El sector servicios es el que ha tirado de la contratación. ¿Esta situación ha venido para quedarse o es algo coyuntural?
–Es normal por la época del año en la que nos encontramos, pero vamos a una economía en la que el sector servicios tendrá cada vez más preponderancia. Servicios es el turismo, donde en Asturias tenemos una gran oportunidad, pero hay otros de valor añadido como la consultoría o la logística en los que es bueno que la región coja mayor peso. Sin perjuicio de seguir manteniendo la fortaleza de nuestro sector industrial.
–El sistema de Fade para monitorizar las necesidades de contratación de las empresas y sus necesidades de formación ¿ha encontrado alguna sorpresa?
–Está poniendo blanco sobre negro lo que intuíamos y las necesidades de cada sector. Existen dificultades prácticamente en todos y necesidad de contratar tanto en la industria, como en construcción, en hostelería o en las TIC. Pero hay algunos como el industrial donde es más necesaria una formación específica para adecuarnos. El impulso aquí a la FP y a la FP dual son imprescindibles.
–En FP dual hay avances, no así en la Formación Dual Universitaria. ¿Qué está pasando?
–Sería necesario completarlo y que se establezcan mayores vínculos entre empresa y Universidad. Está costando arrancarlos, es cierto. Entiendo que los plazos en la Universidad no son muy ágiles, pero creo que existe el convencimiento por parte del rector de la necesidad de dar este paso y esperamos avances. Sería muy importante tener esos grados duales, sobre todo en especialidades técnicas.
–«No hay mejor política social que el empleo». Lo dijo usted. ¿Los subsidios o lo que se deriva de ellos desincentivan?
–La mejor política social es el empleo y la política social debe estar dirigida a la reinserción laboral no a perpetuarse en el sistema de protección social. El sistema actual tiene cosas que perfeccionar como las facilidades para salir o entrar en el sistema. Debe haber un seguimiento a las personas que están dentro y ofrecerles orientación, formación y exigirles que den paso hacia esa inserción. Debe seguirse con el esfuerzo iniciado en esta legislatura, que todavía ha dado pocos frutos.
–Respecto a esas necesidades de contratación. ¿Cuáles serían las claves para la incorporación de los extranjeros?
–Falta un diagnóstico claro sobre cuáles son las ocupaciones de difícil cobertura. Deben venir con un contrato de trabajo, pero hay dificultades para encontrar trabajadores en sectores que no tienen posibilidad de incorporar inmigrantes porque esa necesidad no está reconocida. Es una tendencia que se va a consolidar en España y Europa en los próximos años. Somos poblaciones cada vez más envejecidas, donde costará encontrar jóvenes dispuestos a trabajar en algunos sectores. La política inmigratoria que desarrolle Europa y cada uno de los países determinará la capacidad potencial de emerger de nuestras economías. Hay que verlo como una oportunidad, pero tiene que hacerse de manera ordenada.
–¿Considera que la concertación regional es el mejor instrumento para articular esas políticas activas de empleo?
–Ha sido un instrumento útil, tanto para la empresa asturiana como para la economía. Abogo por que continúe esta legislatura una concertación entre Gobierno, patronal y sindicatos. Pero no es concertar por concertar. Hay que hablar de las prioridades económicas e intentar que se reflejen. En la pasada lo que mejor funcionó fue la mesa de impulso político en la que introdujimos tres aspectos: la reducción de la burocracia, la adecuación de la formación al empleo y la digitalización. Conseguimos dar pasos, aunque insuficientes. Esperamos que si vamos a otra concertación sea útil.
–Ya hay nuevo Gobierno. La patronal pidió, tanto en el Pleno de investidura, como en la toma de posesión de Adrián Barbón, más protagonismo para la empresa. ¿Se han sentido desatendidos?
–En cuanto a interlocución no nos hemos sentido desantendidos. Tanto con el presidente como con el vicepresidente hemos tenido una relación fluida. Pero es verdad que en cuanto a los hechos, pienso que en Asturias se pone más el foco sobre lo social y menos sobre la parte económica. El cambio que pedimos es que la actividad económica esté en el centro de la política. Primero, porque tendremos más ingresos para sostener los servicios públicos y la atención social y, segundo, porque mejorará el empleo y las condiciones de muchos ciudadanos. Esto no va en detrimento de la parte social sino que la reforzaría.
–¿Una dirección general tiene suficiente entidad para la interlocución con los empresarios?
–El compromiso con la empresa ha de partir del presidente del Gobierno asturiano y luego trasladarse a toda la estructura. Debe estar ayudado por una persona que tenga mando en plaza y sea capaz de poner las prioridades de la empresa en el centro. Pedimos que el presidente se involucre en la coordinación entre consejerías para sacar el máximo rendimiento.
–¿Echarán de menos a Juan Cofiño?
–Ha sido un muy buen vicepresidente y ha hecho una gran labor de unir y limar asperezas. Muy resolutivo. Será complicado encontrar una figura similar.
–¿Cuáles son para Fade las leyes prioritarias de esta legislatura?
–Primero diría que hay que pensarse mucho las leyes que se hacen. Que no por legislar más, avanzamos más. Lo primero que pedimos es estabilidad normativa y que haya pocas leyes, bien pensadas y consensuadas con los agentes económicos. Para nosotros hay dos prioritarias. Una aprobada, la ley de calidad ambiental y otra en tramitación, la de ordenación del territorio.
–Ustedes han dicho que la de calidad ambiental es buena.
–Tiene avances importantes para simplificar determinados procesos, pero hay aspectos mejorables. Pediría que si se retoca, no se retroceda en los avances, pero se mejoren aspectos que darían más agilidad y que no está reñido con la protección. Los problemas no derivan tanto de la ley como de su aplicación, por ejemplo, en proyectos que ya habían comenzado antes. Es muy importante que mejore el funcionamiento de la Administración para que la aplicación sea correcta.
–¿Y respecto a la otra?
–La ley de ordenación del territorio es trascendental para la actividad económica y para el desarrollo territorial de Asturias. Esperamos tener participación y conocimiento de ella para hacer nuestras aportaciones y hacer compatible el desarrollo territorial y la protección medioambiental con la actividad económica y empresarial.
–Ordenación del territorio es materia ahora de IU. ¿Les preocupa su entrada en el Gobierno?
–Lo que me preocupa son las políticas, las que se llevan a cabo y las que no. Con IU tenemos un diálogo y una comunicación fluida y esperamos llegar a consensos.
–Es decir, que el punto de partida no es malo.
–El Gobierno que se ha formado es el que han decidido los ciudadanos y el que luego se ha pactado y es con el que trabajaremos. Nuestra obligación desde Fade es siempre encontrar puntos de acuerdo y avance.
–Pidieron la reforma de la Administración y la reforma fiscal. Si les dijeran que hay que empezar por una, ¿cuál elegirían?
–No me haga elegir porque las dos son imprescindibles y es necesario casi que vayan de la mano. Es verdad que la reforma fiscal podría ser más rápida y el problema es que nos estamos quedando muy atrás, casi los últimos. En esta legislatura no puede dejar de abordarse, sobre todo, para no tener perjuicio frente a todos los territorios de España, y sobre los de nuestro entorno. Sabemos que no causaría un perjuicio a los ingresos públicos, al contrario, retendría población, generaría más actividad y, por tanto, más ingresos públicos. Y no puede ser que estemos discriminados fiscalmente por el hecho de trabajar o vivir en Asturias.
–Abogaba el presidente de Femetal por buscar racionalidad en un gasto público que ve «brutal».
–Se puede reducir el gasto improductivo y estoy de acuerdo en que hay que aumentar los ingresos, pero no en la vía para hacerlos. Los ingresos se aumentan con mayor actividad económica y, por tanto, con mayores facilidades para las empresas, para invertir o trabajar aquí. Una reforma fiscal, quizá a corto plazo pueda reducir los ingresos, pero pronto produciría el efecto contrario: atraer población, actividad y aumentar los ingresos. Tenemos que fomentar la actividad para paliar el desequilibrio demográfico y, a la vez, también de nuestras cuentas públicas.
–¿Cuáles han de ser la prioridades presupuestarias del Principado?
–Ahora mismo prácticamente todo el presupuesto se consume entre gasto corriente y gasto social. Echo en falta tener una mayor capacidad presupuestaria para invertir en actividad económica, tanto en infraestructuras como en impulso, innovación y promoción. Sin desatender a los servicios públicos, que son imprescindibles, hay duplicidades e ineficiencias que se pueden corregir. Y estoy convencida de que la inversión productiva también conllevaría aumentar los ingresos fiscales.
–A nivel nacional, ¿están preocupados por el retraso en la conformación de Gobierno?
–La inestabilidad política nunca es buena para la actividad económica ni para las inversiones. La gran mayoría de los españoles ha votado moderación y pediría un entendimiento entre los dos grandes partidos que representan esa mayoría lo antes posible.
–¿Un Gobierno central de otro color sería perjudicial para Asturias?
–Lo que importa es que haya Gobierno y que, sea del color que sea, dé estabilidad normativa, seguridad a las inversiones y, en la medida de lo posible, facilidades para el desarrollo de la actividad empresarial.
–Hablemos de infraestructuras. ¿La prioridad es el Noroeste o la Macrorregión Atlántica?
–Siempre hemos tenido claras las infraestructuras que son esenciales. Tras la puesta en marcha de la Variante, faltará completar la adaptación del ferrocarril en alta velocidad hasta Gijón y la conexión con los puertos y la puesta en marcha de la Zalia. Esto hará de Asturias un polo logístico y que pueda ser el puerto del norte de España. Esa es la prioridad para el Principado y la reivindicación conjunta con las regiones del noroeste, que históricamente teníamos un déficit de inversión. Otra cosa es que la macrorregión pueda ser útil para otras cuestiones como la conexión con Francia, y la colaboración interregional que siempre es positiva, pero sin perder de vista cuál es la prioridad y en el tema del noroeste ya se han conseguido avances. Es el camino.
–¿Siguen defendiendo el papel de Asturex?
–Los datos lo avalan. Ha sido un instrumento útil y único de colaboración público-privada en la promoción exterior de las empresas. En la mayoría de las regiones son instrumentos públicos. Aquí estamos las empresas, Fade y las Cámaras. Se debe potenciar más y no desprestigiarlo.
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