«El liderazgo empresarial no se predica, se ejerce y Fade representa a más de 55.000 empresas de los 78 concejos»

–¿Qué papel juegan las Cámaras?

–Son instrumentos útiles y complementarios. Son entidades de colaboración público-privada, instrumentos de la Administración para el desarrollo de programas, y en ese sentido son útiles y complementarias. Así se articula nuestro sistema institucional y democrático y es lo que tenemos que preservar.

–No hay, por tanto, falta de liderazgo empresarial en Asturias como aseguró el presidente de la Cámara de Oviedo.

–El liderazgo está en quien ostenta la representatividad empresarial que es Fade. Además, el liderazgo no se predica, se ejerce. No hacen falta líderes a la antigua usanza que den voces para tener un liderazgo claro. Se ejerce escuchando a los que se representa y teniendo un proyecto y unos objetivos claros.

–¿Le parece entonces que la Cámara de Oviedo, o su presidente, están queriendo tener demasiado protagonismo?

–Cada uno debemos tener el papel que nos corresponde como representantes de las instituciones a las que nos debemos y no dejarnos llevar por personalismos.

–¿Se siente respaldada por el empresariado asturiano?

–(Rotunda). Sí.

–¿Qué se puede hacer para que se refleje esa unión de manera más efectiva?

–Tengo una relación cordial con los tres presidentes de las Cámaras porque cuando me pongo en el papel de representación institucional de Fade no me dejo llevar por cuestiones personales. Creo que cada uno tiene que desarrollar el papel que le corresponde y es así como llegaremos más lejos. Yo en eso estoy y cuento con el respaldo mayoritario.

–¿Cabría pedirle entonces una mayor lealtad al presidente de la Cámara de Oviedo, que está también en Fade con una empresa singular?

–Con los problemas que existen en el empresariado asturiano y las incertidumbres que tenemos lo que toca es avanzar y trabajar en la unidad desde el papel que nos corresponde a cada uno. Por mi parte hay voluntad de diálogo. Soy una persona firme, pero conciliadora. Conmigo no va a haber problema. Esto no quiere decir que defienda con firmeza los intereses de los empresarios, pero por mi parte nunca habrá problemas de entendimiento y mientras sea presidenta de Fade voy a defender la representatividad institucional que corresponde. Así que más que lealtad lo que pediría es responsabilidad porque estamos en un momento trascendente para Asturias.

–Le quedan dos años. ¿Hasta el momento el balance es bueno?

–(Risas). Sí. Hemos logrado avances y hemos puesto sobre la mesa temas importantes para las empresas como la guerra a la burocracia, la reforma fiscal, el impulso al Noroeste o las necesidades de adecuar la formación al empleo. Y también hemos intentado mejorar la imagen de la empresa asturiana. El mundo empresarial, sobre todo a nivel nacional, ha sufrido ataques y mi empeño es hacer ver la contribución del mundo empresarial a la actividad económica y a la mejora social de Asturias. Empresa somos todos. No se entendería un país y una región sin empresas.

–¿Repetirá en el cargo?

–Quedan dos años, aún es muy prematuro.

–¿Usted tiene aspiraciones políticas?

–(Risas). En absoluto. Eso lo tengo muy claro. Cuando acabe en la presidencia de Fade seguiré con mi actividad empresarial que es la promoción y la construcción.