El mercado laboral asturiano se hace mayor: uno de cada cuatro activos ya supera los 55 años
El peso de los sénior se dispara y complica el relevo generacional, con Asturias y Castilla y León como las regiones con los trabajadores más viejos
No hay relevo generacional para aquellos que se jubilan. Es una queja frecuente del sector empresarial que, lejos de ser abstracta, constatan los ... números. La sociedad envejece y, con ella, las personas ocupadas y las que engrosan las filas del paro. Se trata de un fenómeno generalizado de los países desarrollados, pero que en el caso del Principado es aún más intenso: casi uno de cada cuatro asturianos que trabaja o está en disposición de hacerlo tiene más de 55 años. Son 110.100, cerca de 36.000 más que los 74.300 de hace una década. En estos diez años han aumentado un 48% y en veinte, un 138,2%, ya que entonces apenas eran 46.400.
En concreto, la población activa sénior de la región se encuentra ya en el 24,3% del total, frente al 20,8% nacional, el 15,7% de 2014 y el 10,6% de 2004. De este modo, Asturias se sitúa como la segunda comunidad con un mercado laboral más envejecido. Solo tiene un peor registro Castilla y León, con un 25,8%. Si se desagregan los dos componentes que la integran, los trabajadores y los desempleados que están en disposición de ocuparse, el peso sobre el total se mantiene invariable en ese 24,3% en cada uno de ellos, y el Principado sigue en ese segundo escalón. Solo en Extremadura tienen más peso los parados que superan los 55 años (24,5%) y Castilla y León, de nuevo, lidera la proporción de trabajadores sénior (26,1%).
El problema tiene distintas consecuencias. Por un lado, no se encuentra relevo generacional, una situación que se agravará, porque el grueso de esos 110.000 asturianos encara su última década de actividad laboral. Todo ello complica, además, la sostenibilidad del sistema de pensiones, con la llegada a la jubilación de los nacidos en el 'baby boom'. Pero, además, mientras las empresas reclaman mano de obra joven, los mayores que están en paro tienen enormes dificultades para volver a encontrar un trabajo. Existe edadismo en la selección de personal y este condena a los desempleados sénior a no abandonar esa situación. Con las cifras de Asturias, ese fenómeno está aún más agudizado.
Asturias no había tenido nunca tantos trabajadores de más de 55 años, ni tantos parados que superaran esa edad
«El proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo. En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad. Por otra parte, el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país», apunta Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Esta organización advierte de que Asturias se encamina «sin tregua hacia un invierno demográfico» que empeorará las cosas. En la región ya se contabilizan 249 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, un índice del 249% que crece a un ritmo desbocado y que supera con creces el nacional (137%), todo un cóctel explosivo si se combina con la esperanza de vida y la baja tasa de natalidad.
«Existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes», señala también Mesonero, que ve «urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural».
De hecho, a pesar de la reducción del desempleo de los últimos dos años, Asturias nunca había tenido tantos parados mayores de 55 años. Ni siquiera en lo peor de la crisis, cuando el total rondaba los 126.000, en 2013. Entonces apenas 7.600 superaban esa edad. Ahora, de los 53.300 asturianos sin trabajo que registró la EPA del segundo trimestre del año, 13.000 son sénior, en su mayoría parados de larga duración que dan por tirada la toalla y ven casi imposible incorporarse al mundo laboral. En ocasiones, porque su formación se ha quedado desfasada, pero también por ese edadismo de los procesos de selección que, muchas veces, ni siquiera tiene intervención humana directa, sino que bebe del algoritmo de las webs que descartan los currículos de las personas de más edad.
El paro de larga duración se dispara en el Principado hasta el 52%
Más allá del drama que supone la pérdida de un empleo, una vez pasado el trance, la ausencia de alternativas laborales se convierte en la gran preocupación de las familias. Y en Asturias afecta muy por encima de la media. Más de la mitad de los parados de la región lleva más de un año buscando trabajo, en concreto un 52,7%, un porcentaje que va en aumento. Son 28.200, según la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre, 6.100 más que en el primero, lo que representa una subida del 27,6%.
Sobre estas cifras quiso poner ayer el foco CC OO de Asturias, que recordó que, de todos ellos, 18.800 acumulan más de dos años de búsqueda de empleo, el 35,1% del total. Su aumento también es vertiginoso, en solo un trimestre se han sumado 5.500 más, un incremento del 41,4%.
Todo ello vuelve a colocar al Principado como la comunidad en la que más peso tiene el paro de larga duración. Le siguen País Vasco (45,5%), Andalucía (44,7%) y Madrid (41,4%), que se sitúan también por encima de la media estatal (40%). Y, con ese 35,1%, también lidera el de muy larga duración, frente al 25,5% de todo el país.
«Son datos que justifican la máxima preocupación», argumenta María José Gutiérrez, responsable de Empleo de CC OO de Asturias, «por eso estamos reclamando al Gobierno planes de choque por el empleo específicos para los colectivos con mayores dificultades en el mercado laboral: jóvenes, mujeres y mayores de 50 años. Es una urgencia laboral, económica y social».
Desde una perspectiva más amplia, se observa que el desempleo que dura más de un año creció un 224,1% desde 2008, con 19.500 personas más, y que el que supera los dos subió un 229,8%, al añadir 13.100.
Se da la circunstancia de que el grueso de estos parados son personas que superan los 55 años y que, una vez expulsadas del mercado laboral, no encuentran alternativas para volver.
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