La caída de la industria lastra el crecimiento económico de Asturias, aunque llega al 2,1%

Este menor dinamismo en comparación con el conjunto de las comunidades se debe, según este grupo de expertos de la Universidad de Oviedo, a las dificultades que afronta la industria, sector para el que pronostican una bajada del -0,3%, al estar más afectado por la crisis energética y el impacto de la inflación en determinadas áreas. Una reducción del crecimiento que, aunque no es muy abultada, sí tiene un impacto notable dado el elevado peso del sector en la riqueza regional, al igual que sucede a otras comunidades que han quedado por debajo de la media nacional.

A esto se suma el desplome de la agricultura, del -15,3%. No obstante, Hispalink mejora sus previsiones para este ejercicio en el Principado por «el buen comportamiento del sector servicios (3%) y la construcción (2,4%)». De hecho, al primero -donde destacan el transporte aéreo de viajeros y los principales indicadores de turismo, cuyo dinamismo previsiblemente se prolongará hasta final de año- se debe el impulso de la economía asturiana registrado en 2022, estimado en el 5,1%, ya que «la industria ralentizó su crecimiento, al tiempo que se confirmó el retroceso de la agricultura y el estancamiento de la construcción regional».

Según su análisis, el ritmo de desarrollo se atenúa durante 2023 y «la evolución de la economía asturiana hasta 2024 dependerá del dinamismo de los servicios y la capacidad de recuperación de la actividad industrial». Hispalink concluye que la ralentización industrial iniciada a finales de 2022 se ha acentuado durante el presente año. Las últimas estimaciones proporcionadas por el Índice de Producción Industrial (IPI) del INE para Asturias y por Sadei indican que «el sector acumula hasta octubre una tasa interanual de en torno al -5%». El análisis por ramas confirma el comportamiento especialmente desfavorable de la energía (-23%).

Las perspectivas de la industria asturiana para el próximo año tampoco son positivas, ya que apuntan a una bajada del 0,5%, y no avistan su recuperación hasta 2025, cuando se espera un crecimiento del 1,6%. En cambio, el impulso de la construcción y los servicios será mayor. En el caso del primero, se pronostica un aumento del 3,8% y del 5,9% en los siguientes ejercicios; mientras que para el segundo se anota un 2,9% y un 2,2%. Este mejor comportamiento de ambos sectores permitirá al Principado aumentar su PIB un 2,2% tanto en 2024 como en 2025. La agricultura, por su parte, repuntará un 1,9% en el ejercicio que viene, mientras que en 2025 se prevé una caída del 6%.

El informe de Hispalink también recoge que el consumo se muestra dinámico en este ejercicio, como reflejan los índices de ventas general y de alimentación, con tasas acumuladas hasta octubre del 9,1% y 9,9%, «que previsiblemente se prolongarán hasta cierre de año». Por su parte, la matriculación de turismos registró hasta octubre un crecimiento del 5,4%, mientras que el consumo de combustible se incrementó un 4% hasta septiembre. Para ambos indicadores las previsiones anticipan que 2023 se cerrará con tasas interanuales positivas.

Respecto al mercado laboral asturiano, estas predicciones señalan que se extenderá su buena evolución hasta finales de 2023, ya que se esperan incrementos significativos del empleo (con tasas interanuales ligeramente inferiores a las previstas para el conjunto de España) y reducciones del paro. Así, Hispalink anota una tasa interanual del -6,7% para el paro registrado en Asturias, similar a la acumulada hasta noviembre. Este descenso de los parados en la región «se extiende a todos los sectores, excepto el colectivo sin empleo anterior para el que se prevé un leve aumento (0,2%)».