Puig entrará en el Ibex-35 en sustitución de Meliá

La compañía comandada por Marc Puig sustituirá en el principal índice de la Bolsa española a Meliá, que pese a revalorizarse un 25% este año, cuenta con un escaso volumen de negociación y una capitalización de apenas 1.625 millones de euros.

Se libra de la exclusión Solaria, que también estaba en la rampa de salida con una capitalización inferior a la de la cadena hotelera -de 1.400 millones de euros- tras un hundirse un 40% en lo que va de año, coincidiendo con un ejercicio complejo para las renovables con los que la firma se podría haber visto lastrada por el temor al estallido de una posible burbuja de las pequeñas compañías de autoconsumo como Holaluz. Sin embargo, su volumen de negociación es mayor que el de Meliá. Y este es uno de los criterios que más pesa sobre las decisiones del Comité.

Puig era firme candidata a entrar en el Ibex desde el mismo momento de su estreno el pasado 3 de mayo. Desde entonces, su revalorización ha sido modesta, del 3,5% hasta los 25,32 euros por acción. Pero se trata de un gigante con una capitalización que supera los 15.000 millones de euros entre acciones de 'clase A' y 'clase B', solo por detrás de Repsol, que vale 16.700 millones en Bolsa y por encima de otras grandes firmas como ACS, IAG o Banco Sabadell, con más de 10.000 millones de euros cada una.

Su lugar es, sin duda, el selectivo español, donde los expertos destacan que la compañía podrá aportar diversificación a un mercado extremadamente dependiente de bancos y energéticas.

Esto es, precisamente, uno de los aspectos más valorados en su incorporación. Pero también gustan los números y el potencial de la compañía catalana, que en 2023 alcanzó un beneficio neto de 465 millones de euros, un 16% más, gracias al crecimiento del negocio con una cuota de mercado del 11% en el segmento de distribución de fragancias selectivas, algo nunca visto por la empresa.

Grandes firmas de inversión que han comenzado a seguir al valor otorgan un fuerte potencial. Es el caso de Goldman Sachs, que con una recomendación de 'comprar' las acciones de Puig, otorga un precio objetivo de 30 euros a la compañía.

La única pega para la llegada de Puig a la familia del Ibex-35 en la anterior reunión del CAT, celebrada en junio, era que no llevaba cotizando los dos meses que se exigen a los debutantes en el parqué.

En concreto, la normativa exige que las empresas lleven cotizando al menos seis meses para entrar en el Ibex. Pero para los debutantes solo se exige «un número de sesiones de contratación de al menos una tercera parte del periodo de control -dos meses- salvo que su free float (capitalización flotante) se sitúe entre los veinte primeros del Ibex-35».

El CAT emplea varios criterios a la hora de tomar sus decisiones. En primer lugar, computa el volumen de contratación en euros en el mercado de órdenes durante el periodo de control, los seis meses previos a la reunión. Además, considera diferentes factores para garantizar la calidad de dicho volumen, como el número de operaciones contratadas o posibles cambios en el accionariado.

En segundo lugar, sólo pueden formar parte del Ibex-35 aquellos valores cuya capitalización media sea superior al 0,30% de la capitalización media del selectivo durante el periodo de control.

En todo caso, las normas técnicas consideran el capital flotante de los diferentes valores y, para ello, establecen diferentes coeficientes a aplicar sobre la capitalización de los mismos de tal forma que se penaliza a aquéllos cuyo capital flotante es menor.