¿Por qué se pondrán en huelga los transportistas justo antes de Navidad?
Las «subidas desorbitadas» del gasóleo o la luz se suman a un largo listado de reivindicaciones pendientes desde antes de la pandemia
La convocatoria de huelga anunciada por la patronal de transporte para los días 20, 21 y 22 de diciembre, fechas claves por la cercanía de la Navidad, podría tener consecuencias de calado. La principal, el desabastecimiento en el momento más álgido de las ventas, además de los retrasos a la hora de recibir los pedidos.
¿Por qué ha decido el Comité Nacional del Transporte por Carretera plantarse en los días de más trabajo del año? Alude al «el abandono» del Gobierno de un sector, «que resultó ser esencial durante los meses más duros de la pandemia».
La puntilla para adoptar la drástica medida ha sido la «actual situación de descontrol político y económico, con subidas desorbitadas de precios de suministros básicos como el gasóleo o la luz». Sin embargo, las reivindicaciones van más allá y se concretran en un paquete reivindicativo presentado en febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia.
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Apuntan, además, a que la normativa actual que regula el sector favorece que los clientes se aprovechen de una posición de dominio, lo que deriva en que los profesionales del sector sufran un «trato degradante e inhumano en las condiciones en las que realizan su trabajo». Por eso faltan conductores profesionales, dicen. Ese mismo problema se produce en los Estados Unidos, donde los sueldos alcanzan ya los 90.000 euros anuales.
Las otras reivindicaciones
Los camioneros se oponen a la tarificación de infraestructuras y al desvío obligatorio de vehículos pesados hacia vías de peaje. Reclaman, además, modificar la ley de contrato de transporte, derogando la posibilidad del pacto en contrario en plazos de pago; aplicación de la cláusula de revisión del precio del combustible y operaciones de carga y descarga.
Piden que la normativa incluya, además, la prohibición de que, en el transporte de carga completa, la carga y la descarga la realice el conductor del vehículo. Reclaman la coordinación de las actividades de transporte y la reducción del tiempo previsto para la paralización, y su pago efectivo por parte de los cargadores.
Además, se oponen a la modificación de la normativa de pesos y dimensiones de los vehículos de transporte de mercancías «en tanto que no se alcancen condiciones de equilibrio, contractual y económico, en las relaciones mercantiles entre transportistas y sus clientes».
Los transportistas exigen medidas eficaces en la lucha contra las «empresas buzón», a las que acusan de cometer «fraudes por medio de cooperativas de trabajo asociado y otros supuestos de competencia desleal». Además, urgen la racionalización en la política de transición ecológica, la no implantación e la Euroviñeta, y la armonización fiscal en el sector del transporte.
Asimismo, piden el desarrollo de planes para dotar de áreas de descanso a toda la red viaria, el mantenimiento del régimen de gasóleo profesional, creando un régimen alternativo para los vehículos dotados de autorización de transporte de menos de 3,5 Tn de MMA, y el mantenimiento de las ayudas al abandono de actividad y a la formación. En última instancia, exigen al Gobierno la adopción de las medidas legislativas que sean precisas para conseguir la viabilidad del sector.
El colectivo se pondrá en huelga al haberse agotado su paciencia del sector «y los canales razonables de negociación». «Solo un cambio radical y urgente por parte de Gobierno y clientes podría evitar este conflicto», advierte.