La siderurgia «no ve la luz al final del túnel» y urge la entrada en vigor de los aranceles de la UE
La patronal europea del sector incide en el mensaje lanzado por Arcelor de acelerar su entrada en vigor para facilitar las inversiones
«Los fabricantes de acero europeos aún no ven el final del túnel». Con esta contundencia se manifestó ayer la Asociación Europea del Acero (Eurofer) – ... a la que pertenece Arcelor– ante las perspectivas que maneja para el cierre del ejercicio y 2026. Así, la invariable situación negativa –aranceles estadounidenses y disrupciones comerciales, tensiones económicas y geopolíticas, una demanda débil y prolongada, y precios energéticos aún elevados– sigue lastrando el mercado siderúrgico europeo, señaló. Por ello, recalcó que el escudo comercial propuesto en octubre por la Unión Europea «debe adoptarse con urgencia y entrar en vigor a principios de 2026», es decir, mucho antes de que expire el actual régimen de salvaguardia, en junio.
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De lo contrario, «el continuo acaparamiento de importaciones baratas continuará y anulará la eficacia de la medida durante todo el año», advirtió. Asimismo, Eurofer considera que el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) debe consolidarse y hacerlo completamente antes de que finalice el año, o su implementación, prevista para enero, «corre el riesgo no solo de ser contraproducente, sino también de resultar desfavorable para nuestros productores», declaró Axel Eggert.
Los datos que maneja la organización revelan que, en el segundo trimestre, el consumo aparente de acero revirtió su breve recuperación y volvió a caer tras dos modestos aumentos consecutivos (-1,8 %, tras un +2,2 % en el primer trimestre), hasta los 34,3 millones de toneladas. Las perspectivas de la patronal confirman para este año «una nueva recesión tanto en el consumo aparente de acero (-0,2%, sin cambios) como en los sectores consumidores de este producto (-0,5%, revisado desde el -0,7%)».
Así, las proyecciones sobre la demanda de acero siguen siendo «extremadamente inciertas, ya que no se esperan mejoras antes del primer trimestre de 2026» y están condicionadas a una evolución positiva de las perspectivas industriales y a una disminución de las tensiones mundiales, ambas «impredecibles» en esta etapa. Aunque se espera que el consumo aparente se recupere finalmente (+3%), se prevé que los volúmenes de consumo se mantengan muy por debajo de los niveles prepandemia el próximo año. En cuanto a las importaciones, mantuvieron cuotas históricamente altas (27%), mientras que las exportaciones se desplomaron (-9%) en los primeros ocho meses.
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Las instituciones europeas calculan que la norma podría estar implementada en abril
Tras un mes de negociación, la Comisión de Industria del Parlamento Europeo votará hoy la propuesta de reglamento para abordar los efectos negativos de la sobrecapacidad global en el mercado del acero de la UE, ya que la actual salvaguarda expira el 30 de junio de 2026 y no puede prorrogarse. La medida se negocia principalmente en la Comisión de Comercio, pero desde la de Industria se emite una opinión legislativa y la asturiana Susana Solís es la responsable del Partido Popular Europeo en esta última. Las instituciones estiman que podría votarse en pleno en febrero. Luego empezarían las negociaciones interinstitucionales entre el Consejo, el Parlamento y la CE, de modo que estuviera aprobada e implementada en abril.
A pesar de las reiteradas medidas de flexibilización monetaria en la eurozona, «sus efectos sobre el ciclo económico no serán visibles a corto plazo», apuntó Eurofer, de ahí la urgencia de contar con el escudo arancelario de la UE. Un mensaje que ya había lanzado Arcelor cuando presentó los resultados de los nueve primeros meses del año a principios de noviembre. El propio CEO del grupo siderúrgico, Aditya Mittal, valoró la protección presentada para proteger al acero local, que consiste en limitar los volúmenes de importación libres de aranceles a 18,3 millones de toneladas al año (una reducción del 47%) y duplicar el gravamen, hasta el 50%, de las importaciones que superen ese cupo.
Una vez que esté implementada, «respaldará la capacidad de la industria siderúrgica europea para optimizar la utilización de su capacidad instalada, mejorar su rentabilidad e invertir con confianza de cara al futuro». Por ello, instó a la CE a acelerar su implantación. Es una cuestión de primer orden porque, además, Arcelor tiene congeladas buena parte de las inversiones previstas en sus planes de descarbonización, como las plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI), una de las cuales había anunciado para su fábrica en Gijón.
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