Miércoles, 31 de agosto 2016, 12:23
Los huevos. Hay algunos alimentos que sortean mucho mejor que otros las fechas de caducidad o consumo preferente. Es cierto que pueden perder olor o fuerza en el sabor, pero su consumo tiempo después de estar en la despensa no entraña riesgo para la salud. Uno de los productos que más duran son los huevos, sobre todo, en la nevera. Eso sí, si hay duda, un truco es meterlo en agua: si queda flotando, mejor no arriesgarse.
La miel. La miel no caduca. Solo pierde algunas propiedades, pero requiere mucho tiempo. Si se conserva en tarro de cristal y está protegida del sol, puede durar hasta cinco o seis años.
El chocolate. El chocolate también tarda mucho tiempo en perder las características que lo convierten en objeto de deseo para muchos. Con el tiempo puede mostrar pequeñas manchas blancas que lo hacen menos apetecible, pero, en principio, no entraña riesgo para la salud.
El pimentón. El pimentón también tiene una larga duración. La fecha de consumo preferente indica la pérdida de alguna característica, como el olor, pero se da uno o dos años después de superar ese límite.
La canela. La canela, al igual que el pimentón, tampoco tiene una fecha exacta de caducidad, aunque pierde aroma con el tiempo.
Los cereales. Los cereales, si están conservados en espacios secos, pueden consumirse tiempo después de la fecha fijada por el fabricante. Se debe a su baja humedad.
La pasta. La pasta fresca, conservada en frío, también puede consumirse cumplida la fecha de consumo preferente y si es pasta seca, algunos estudios señalan que puede comerse hasta dos años después del límite fijado en el paquete.
El aceite. El aceite, alejado de la luz del sol, también tiene una larga duración. Lo único que puede ocurrir es que se vuelva rancio y aparezcan veladuras (grumos superficiales e inofensivos en el líquido).
Las conservas. Las conservas también pueden consumirse tras la fecha de caducidad, pero es importante comprobar que las latas no estén deformados, hinchadas u oxidadas. Si al abrirla hay mal olor, tira el contenido.
Los refrescos. Los refrescos son otro producto que tarda en perder sus propiedades. Se habla de unos nueve meses para que los productos con burbujas empiecen a perder sus propiedades. A partir de esa fecha, el material de la botella o la lata puede llegar a contaminar la bebida.
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