El otoño sabe a frutos secos
Del olvido al festín. Asturias revive la tradición de sus frutos secos, muy presentes en la gastronomía a pesar del declive de unas plantaciones que daban para exportar
Una edición más, y van 54, el Festival de la Avellana de Piloña devuelve a la memoria la relevancia del ablano en Asturias. ... La comunidad fue una de las principales regiones avellaneras del país, pero su cultivo comenzó a menguar a finales del siglo pasado como consecuencia de la despoblación del medio rural y de su cotización en el mercado. En 1996 se produjeron unas 170 toneladas de avellana y en 2012 ya apenas se alcanzaban las 70.
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Mientras en Infiesto festejan a la avellana, en Villaviciosa, concretamente en Camoca, la celebración ensalza este fin de semana a la nuez, también cultivada en cantidades. Cuestiones similares fueron desplazando paulatinamente las plantaciones de nogales, que de abundantes pasaron a testimoniales. Y, todo ello, pese a la excepcional calidad del fruto, menos atractivo a los ojos que las omnipresentes nueces de California o las que vienen de Francia.
Ambas festividades dan fe del peso de los frutos secos en la tradición campesina asturiana. Durante siglos, formaron parte de la economía cotidiana de los pueblos. Se recogían en otoño, se secaban en hórreos y se vendían en ferias y mercados que bullían de actividad. Había familias que completaban con ellas sus ingresos anuales y no eran raros los cargamentos que viajaban hacia Castilla o incluso al extranjero. La bibliografía relata cómo los barcos partían colmados de ablanas y nueces rumbo al Reino Unido y otros países del Atlántico Norte; en 1894, sin ir más lejos, abandonaron El Musel 839 toneladas con destino a las islas británicas.
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Las recetas, paso a paso
Cigala y almendras, de Restaurante del Alba (Avilés)
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Ingredientes 100 g almendra marcona, 1l agua, 4 cigalas (150g aproximadamente cada pieza), 4 láminas de pasta wonton, aceite de oliva virgen extra o de cebollino, salicornia y almendra laminada.
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Elaboración Para la leche de almendras:
-Trituramos en un robot de cocina las almendras con un litro de agua y un poco de sal. Colamos.Para cocer las cigalas:-Las reservamos en agua tibia si están vivas.-Las metemos en agua hirviendo para que no pierdan las patas, durante 3 minutos. Retiramos y refrescamos en agua con hielo. Una vez frías, pelamos y reservamos las colas.En caso de usar aceite de cebollino:-Trituramos una parte de cebollino con tres de aceite de girasol, 3 minutos a máxima potencia.-Colamos el resultado, lo dejamos decantar y separamos la parte de aceite del sedimento sólido.Para la pasta wonton:-Podemos aprovechar la olla con el agua hirviendo de las cigalas para cocer las láminas de pasta (1 minuto). Refrescamos en agua con hielo.-Colocamos la cola en el centro del plato y la aderezamos con una gota de sal y aceite de oliva. Cubrimos con la lámina de pasta wanton.-Agregamos la leche de almendras alrededor.-Decoramos con el aceite, las láminas de almendra tostada (sin pasarnos para no agregar mucho amargor) y la salicornia.
Paté en croûte con encurtidos, de Married Cocina (Llanes)
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Ingredientes Pasta brisa, picada de cerdo ibérico (papada y lomo), pechuga de pollo picada, mollejas de pato troceadas, foie gras fresco, cebolla, vino dulce, pistachos pelados, nueces, uvas pasas, huevo (para pintar), encurtidos y salsa gribiche.
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Elaboración -Pochamos la cebolla en una sartén con un poco de aceite y añadimos un chorro de vino dulce hasta que se evapore el alcohol. Reservamos.
-Mezclamos en un bol todas las carnes (excepto el foie gras) con la cebolla pochada y los frutos secos junto con las uvas pasas, trabajando la mezcla para que quede bien integrada.-Forramos un molde con la pasta brisa, dejando que sobresalga por los bordes.-Rellenamos hasta la mitad con la mezcla de carnes, colocamos el foie gras en el centro y completamos con el resto de la mezcla.-Cubrimos con otra capa de pasta brisa, sellamos los bordes y pintamos con huevo batido.-Horneamos hasta que la pasta esté dorada y crujiente. Dejamos reposar antes de cortar.-Servimos una porción de paté en un plato y la acompañamos con encurtidos y salsa gribiche.
Chocolate, avellanas y AOVE, de Restaurante del Alba (Avilés)
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Ingredientes 200 g de avellanas, 100 g de nata, 100 g de azúcar, 300 g de cobertura de chocolate con leche, 50 g de leche entera, 150 g de nata, 2 yemas de huevo, helado de AOVE, 1 naranja, sal y miel IGP Asturias.
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Elaboración Para el praliné:
-Tostamos las avellanas en el horno hasta que cojan color.-En paralelo, hacemos un caramelo con el azúcar y cortamos con la nata.-Una vez lo integremos todo, volcamos las avellanas sobre el toffee.-Trituramos la mezcla a conciencia en el robot de cocina.-Podemos agregar más nata o agua para ajustar a la textura deseada, que debe ser consistente.-Para la ganache de chocolate con leche, fundimos el chocolate en un bol al microondas o baño maría. En caso de hacerlo con el microondas, debe ser en intervalos de 30 segundos y removiéndolo entre uno y otro.-Por otro lado, mezclamos la leche, la nata y las yemas de huevo.-Llevamos la mezcla a 70ºC sin dejar de remover.-Cuando tengamos la mezcla de la leche y la nata lista y el chocolate fundido, volcamos a través de un colador la mezcla sobre el chocolate, trabajando con una lengua hasta que quede todo bien homogéneo.-El resultado lo volcamos en una bandeja, cubrimos con film y curamos de un día para otro en la nevera.-Transcurrido ese tiempo, metemos la ganache en mangas pasteleras para poder dosificarla.-Cubrimos el fondo del plato con una capa de praliné y, con la manga, agregamos la ganache.-Hacemos una quenelle con el helado de AOVE y la colocamos en el centro.-Ponemos sal al gusto y un poco de miel IGP Asturias.
Timbal meloso de leche merengada, de Married Cocina (Llanes)
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Ingredientes Leche, palo de canela, piel de limón, azúcar, almidón, yemas de huevo, polvo de avellanas, aceite para freír, crema pastelera de limón y canela, helado de avellanas garrapiñadas, chocolate y barquillo.
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Elaboración - Infusionamos la leche con un palo de canela y piel de limón hasta que se aromatice.
- Mezclamos el azúcar, el almidón y las yemas de huevo, y los incorporamos a la leche infusionada. Cocemos suavemente hasta que espese, cuidando que la temperatura no sea demasiado alta.- Vertemos la preparación en un molde y dejamos congelar para que adquiera consistencia.- Rebozamos el timbal en polvo de avellanas y lo freímos hasta que quede dorado y crujiente.- Emplatamos acompañando con crema pastelera de limón y canela, helado de avellanas garrapiñadas, chocolate y barquillo para completar la textura y el sabor.
Aunque Asturias ya no es potencia en frutos secos, su impronta queda plasmada en la tradición gastronómica, especialmente en el universo repostero con las casadielles o los carajitos del profesor como ejemplos palmarios. Esa gastronomía ha ido poco a poco abrazando nuevos frutos. No es el caso de las castañas, que forman parte de la tradición más antigua, pero es curiosa la penetración de la almendra. A pesar de ser prácticamente inexistentes como cultivo en el Principado, son protagonistas de multitud de recetas (bastantes más, de hecho, que las ablanas y las nueces), de las tartas de almendra a los bartolos, las moscovitas o los carbayones de Camilo de Blas.
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La centenaria confitería ovetense también prepara deliciosas tartaletas de pistacho y Migaya, llamada a innovar en la repostería asturiana y recientemente distinguida en los premios agroalimentarios de El Comercio, lo convierte en deliciosa roca junto al chocolate blanco y al barquillo. Un ejemplo más de cómo los frutos secos ganan espacio entre fogones.
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Su consumo en España también crece; solo en el último año lo hizo en un 15%. El potencial de estos alimentos en cocina va más allá del universo dulce. Javier Blanco, del restaurante Del'Alba, en Avilés, hermana almendras y cigalas y César Casado, de Married Cocina, asentado en la llanisca Hontoria, incorpora pistacho, nueces y uvas pasas a un delicioso pâté en croûte, delicia francesa que lleva al oriente asturiano. Son dos ejemplos entre muchos.
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Aunque ablanos y nogales hayan mermado sensiblemente su presencia en el paisaje agrícola regional, los frutos secos siguen muy vivos en la despensa y en la creatividad gastronómica. Conservan, entre la memoria campesina y la innovación culinaria, un papel protagonista que apunta a más que nostalgia; también son oportunidad. Lo reafirma el Serida, que invita a su recuperación.
No volverán, probablemente, a partir barcos cargados rumbo al Atlántico Norte, pero cada festival y cada receta recuerdan que, en Asturias, los frutos secos aún tienen mucho por dar.
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