Marcos Granda: «Si creemos en nosotros, los objetivos llegan»

Marcos Granda (Sotrondio, 1976) ha dado a Asturias una nueva estrella Michelin. Ayalga es el restaurante que el sumiller, Caldereta 2019, abrió hace dos años y que bebe de su filosofía: trabajo, confianza y actitud positiva.

-¿Qué estrella le hizo más ilusión recibir el martes?

-Sin duda alguna, la de mi tierra. Para un asturiano que está fuera que el hotel me haya brindado una oportunidad como esta es un lujo. La de Nintai me hace feliz por la proyección que tiene el restaurante y por la ilusión con la que la recibe el equipo y lo que conlleva para esos chavales.

-¿Cómo funciona Ayalga dentro del hotel Villa Rosario?

-Con un equipo humano de cinco personas. Pero los 14 trabajadores del hotel nos ayudan en todo lo posible. No me considero algo externo, aunque lo seamos, porque todos trabajamos en equipo para hacer que el hotel tenga la posición que se merece.

-¿Los restaurantes de hotel empiezan a tenerse en cuenta?

-Mi relación con Villa Rosario comenzó con la propiedad actual, que lleva cinco años. Me contactaron y me dijeron que, por circunstancias diversas, el restaurante siempre era un foco de problemas. Me dijeron que fuera, que me iban a apoyar en todo pero querían convertir el restaurante en un refuerzo para sus clientes. Ayalga está para dar ese servicio, pero claro que recibe clientes de toda procedencia.

-Suma cinco estrellas. ¿Qué significa cada una de ellas?

-Recuerdo todas con muchísima ilusión, pero con emociones diferentes. Las de Skina las vivo con un prisma diferente porque es donde vivo. Me gusta pensar que las estrellas llegan cuando tienen que hacerlo. Soy una persona muy inconformista, inquieta y siempre con ganas de mejorar en todo lo que hago. Cada restaurante y cada equipo tiene que tener su propia identidad. En Ayalga somos un grupo humano tremendamente ilusionado con hacer felices a los clientes, lo que casa muy bien con el nivel de sacrificio del grupo hotelero. Arnaldo es un director muy joven; gracias a él y a su alto listón de sacrificio nos ha marcado la pauta para poder llegar a los objetivos.

-Parece tenerle el pulso cogido a Michelin... ¿Qué buscan?

-Michelin es una forma de vida que implica sacrificio, tesón, superación diaria, ilusión... cosas que extrapolo a todos los ámbitos de mi vida. Esto es lo que me define porque yo no soy cocinero, no sé ni freír un huevo, pero los paladares se educan y mi personalidad tan curiosa y tenaz me hace llegar a los objetivos, llámase estrella Michelin o la felicidad de los equipos. Cuando creemos en nosotros, los objetivos son mucho más fáciles; yo creo mucho en lo que hago. Todos tenemos algo especial, solo hay que enfocarse en dar siempre la mejor versión, no vale con un día, y tener una actitud positiva porque lo mejor siempre está por llegar.

-¿Cómo ve nuestra gastronomía?

-Asturias es maravillosa: hay producto, muy buenos profesionales y pequeños productores a los cuales hay que dar visibilidad; espero que esta estrella sirva para poner los nombres de cada uno en nuestro menú.

-¿Qué quiere de 2022?

-No voy a abrir más restaurantes, quiero asentar lo que tengo desde la fortaleza, es decir, uniendo a los fantásticos equipos que me acompañan. Son 33 nóminas entre los cuatro restaurantes.

-¿Y las panaderías?

-Tengo tres en propiedad y estoy tremendamente orgulloso de lo que hacen en Gijón y Oviedo. Es un mundo totalmente nuevo para mí, un nicho de mercado para el grupo, pero no me dan ningún dolor de cabeza. Estoy tremendamente agradecido a los trabajadores y a mi primo, que lleva la gestión.

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