«Hace 15 años, las únicas salsas del supermercado eran kétchup y mostaza»
La empresa del Nalón, pionera en lo que ahora se llama salsas diversas, elabora 40 referencias, incluida la marca blanca de muchas grandes superficies no solo en España
La salsa chimichurri motivó a Aladino España, minero con amplitud de miras, a recorrer Asturias y España en su Opel Corsa. Quería posicionar su producto en los supermercados cuando lo que había era poco más que kétchup y mostaza. En Sotrondio está la sede de Salsas Asturianas, el proyecto que fue construyendo poco a poco y que ahora emplea a más de 60 personas, segunda generación incluida.
–¿Cómo nace una empresa de salsas en Asturias?
–La funda Aladino España, hoy presidente, socio mayoritario y administrador único de la empresa. Era minero, y un accidente le dejó dos años en la cama. Un amigo argentino le sugirió hacer una salsa chimichurri para vender en la carnicería de su hermano, y como es una persona muy activa e inquieta, le hizo caso. Aquello empezó a funcionar; hablamos de hace unos 23 años.
–¿Cuáles fueron los siguientes pasos y qué dificultades se encontraron entonces?
–Empezó a ver una necesidad no solo de hacer más, sino de hacerla bien, pues de aquella era algo muy casero que se envasaba en botellas de plástico. Aladino decide entonces ir al centro de empresas de Sotrondio y empieza a elaborar en botes de cristal y a trabajar con clientes como Alimerka y Carrefour provincial. Pasaron a ser cuatro socios, y lo que al principio había sido un complemento, pasó a crecer y requerir más atención. Uno de los inconvenientes era el tema económico: no había solvencia personal y los bancos tampoco ayudaban, así que la única opción de la familia era reinvertir lo que iban ganando. Y como Aladino era una persona muy inquieta empezó a analizar qué faltaba en el mercado.
–¿Qué faltaba de aquella? Hablamos de hace unos 15 años, ¿no?
–Sí, ahora se llaman salsas diversas, pero en aquel momento no existía ese nicho de mercado. En el lineal del supermercado había lo típico, ketchup y mostaza, y algunas referencias súper gourmet poco asequibles para la mayoría; a Aladino se le ocurrió meterse en medio e ideó la gama gran selección gourmet: salsa de queso Cabrales DOP, reducción de Pedro Ximénez con pasas, de boletus, de cinco pimientas... Entonces ya nos habíamos mudado a donde estamos actualmente, al polígono La Florida de Sotrondio, pero aumentamos la nave y crecimos en maquinaria y personal. En esos años nos dedicamos mucho a la innovación y así creamos los departamentos de I+D y Calidad. Y hasta obtuvimos un premio por desarrollar un arroz con leche y un postre de coco para el ejército de Angola. También buscamos algo que nos pudiera ayudar a crecer y encontramos la norma IFS de calidad, que te audita todos los años y te abre las puertas para desarrollar MDD (marcas blancas).
–¿Crecimiento continuo?
–Más bien aprendizaje continuo; es nuestra filosofía. Si te tropiezas, te levantas y sigues.
–¿Qué cifras manejan?
–El año pasado crecimos un 50% respecto al anterior y este hemos duplicado el personal hasta llegar a 64 trabajadores. En marzo de 2023 adquirimos una nave logística en Asipo porque no teníamos espacio y ahora se nos vuelven a quedar pequeñas.
–¿Piensan mudarse?
–Sí, porque necesitamos espacio pero también centralizarlo todo por costos; primero porque estar en Asturias penaliza por estar mal comunicada aun con el AVE. No creo que podamos quedarnos en la cuenca del Nalón, algo que nos gustaría, pero llevamos tiempo intentando crecer aquí y es inviable. Así que se barajan otras opciones en Asturias.
–¿Y cuántas referencias?
–Cerca de 40 teniendo en cuenta que trabajamos formatos diferentes para Horeca y supermercados y hacemos MDD: para Carrefour salsa césar, yogur, brava...; para Mercadona, agridulce y miel-mostaza; para Makro, Aldi nacional e internacional, Día...
–¿La moda de las hamburguesas se nota?
–Sí, a nivel Horeca estamos creciendo un montón. Y también atañe a los híper y supermercados porque el comensal quiere una salsa especial para hacerse una hamburguesa también especial en casa.
–¿Cómo entiende las salsas el cliente español?
–Depende de la generación. Los mayores están acostumbrados a ver kétchup y mostaza, pero no se plantean comprar una bbq. En cambio, los veinteañeros sí que tienen esas inquietudes porque han crecido con un lineal cada vez mayor. Las salsas van cambiando, lo que nos obliga a nosotros a estar siempre atentos. Venimos de una moda tex-mex muy fuerte, pero ahora se mira más a lo japonés para acompañar sushi, gyozas... Y lo picante está muy en auge.
–¿Cómo debe ser una salsa ideal?
–La materia prima es fundamental y también tiene que tener buena textura para estar buena. Además, es importante que lleve una etiqueta limpia, esto es, sin aditivos.