«La savia de abedul es un 95% agua muy mineralizada»
Un viaje a Finlandia desembocó en un proyecto de emprendimiento rural que ha llevado a tres amigos a elaborar una bebida «rica en propiedades y refrescante»
La pregunta que más responden los emprendedores Ignacio Valdés, Christian Acurio y Miguel Couto acerca de su producto es qué es. Porque la savia de abedul que ellos extraen en el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Las Ubiñas-La Mesa y más tarde embotellan en Teverga y comercializan es algo que no se hacía aquí. Empezaron a raíz del viaje a Finlandia de uno de ellos. En 2019 empezaron a investigar y el resto es historia. Ahora presentan La Savia de Abedul en formato natural, mezclada o macerada. En total, cinco referencias y hasta un cosmético.
–¿Qué producto ofrecen?
–Valdés: La savia de abedul. Es un líquido que se acumula en las raíces del árbol y circula por el árbol con la finalidad de que, por medio también de la fotosíntesis, salgan las hojas. Nosotros lo extraemos haciendo una pequeña perforación en una capa externa del árbol. Es una sustancia líquida, para nada espesa, que es lo que piensa la gente porque tiende a confundirlo con la resina. Al final, es un 95% agua muy mineralizada.
–Acurio: No se puede extraer una vez que el árbol genere las hojas porque empieza a utilizar conductos internos. Eso nos obligaría a tener que perforar más y, además, ya no estaríamos hablando de la misma sustancia, pues ya no tendría el mismo sabor ni las mismas propiedades.
–¿Por qué eligieron este producto?
–Couto: La idea surge a raíz de un viaje a Finlandia. Vi a las señoras de los pueblos bebiendo un líquido que no conocía, pero por más que me explicaban y me señalaban el árbol, no nos entendíamos (ríe). Yo organizaba cursos de aprovechamiento de recursos naturales en zonas exmineras, en concreto en Cerredo, y ahí hay muchos abedules. Así que aquello despertó mi curiosidad y al regresar a Asturias se lo conté a Nacho y Christian y empezamos a investigar. Descubrimos que de estos árboles se puede extraer la savia y que tiene muchas propiedades. Todo esto fue en 2019 y en 2020, empezamos a buscar localizaciones y hacer las primeras pruebas y catas para ver cómo se sacaba la savia. Hicimos una primera producción de experimento y, poco a poco, continuamos.
–¿Hay un periodo concreto para extraer la savia?
–Valdés: No, las fechas de inicio y fin las marca el árbol, no nosotros. Disponemos solo de unos 20 días porque en el momento en que salen las hojas, se corta. Y los plazos dependen de diversos factores, como el tamaño del árbol, la climatología... Lo complicado es encontrar el momento justo en que la savia sube; ahora ya es cuestión de experiencia.
–Couto: La extracción la hacemos por goteo y los factores determinan que salga savia o no; un árbol te da un día tres litros y al siguiente no da nada. Como trabajamos en parque natural y reserva de la biosfera está todo muy controlado, tenemos una extensión delimitada y unos árboles marcados.
–¿Por qué escogieron esa ubicación?
–Valdés: Buscamos sitios de excelencia y en alta montaña siempre hay menos contaminación. No olvidemos que el árbol produce la savia de los nutrientes y minerales que absorbe de su entorno... El abedul es un árbol que regenera el suelo, por eso lo vemos mucho en territorios mineros, porque reconvierte el suelo en fértil. Para evitar eso, nos vamos a alta montaña y obtenemos un producto 100% ecológico.
–¿Lo embotellan cuando termina el trabajo de campo?
–Couto: No, tienes que procesarla en el día para mantener la frescura porque, de lo contrario, es como nuestra sangre, empieza como a coagular.
–Conocida es la savia de arce, para hacer el popular sirope, todo un 'souvenir' en Canadá...
–Couto: Es savia también y la obtención es igual, pero la del alce tiene mucha glucosa. La del abedul, no.
–¿A qué sabe?
–Valdés: Es un agua con un sabor bastante neutro, pero con un fondo dulce. Recomiendo beberla muy fría. Llena la boca y refresca muchísimo y, a medida que va fermentando, adquiere un toque láctico, hay a quien le sabe a suero de yogur...
–Han hablado mucho de sus propiedades. ¿Cuáles son?
–Valdés: Es rica en minerales y componentes fenólicos. Aporta mucho manganeso y ayuda en tratamientos antioxidantes y antiinflamatorios y va muy bien para la piel.