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Ángel M. González, David y Víctor Menéndez, de La Tabla, con el diploma y el premio, y Jesús Martínez Salvador. Foto: D. Arienza / Vídeo: Aida G. Fresno y Diego Abejón

La Tabla

Caldereta de Don Calixto Asturiana
«La nuestra es una historia de sacrificio que tiene a la familia siempre en el centro»

Los hermanos Víctor y David Menéndez, tercera generación al frente del restaurante La Tabla, recogieron emocionados la Caldereta Asturiana

Sábado, 12 de julio 2025, 00:20

Las dos palabras que más repitió la tercera generación del restaurante gijonés La Tabla, encargada de recoger la Caldereta de Don Calixto Asturiana, fueron familia y sacrificio. Son ambas, a fin de cuentas, las que más y mejor resumen la historia de un negocio que el mismo día que recogía el premio estaba cumpliendo 52 años.

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«Quiero dar las gracias a mi madre», dijo Víctor Menéndez, visiblemente emocionado, señalando hacia el público mientras los presentes aplaudían con ganas. «Ella y mis abuelos fueron los artífices del restaurante. Seguro que hoy mi abuelo estará mirándonos encantado de vernos aquí», dijo, al tiempo que dedicaba unas sentidas palabras a su abuela, de 96 años porque acababa de salir del hospital «como una rosa». Agradeció también su labor al equipo que les acompaña, «que llevan muchos años con nosotros y son maravillosos».

Los agradecimientos fueron compartidos por su hermano David, quien aseguró durante el discurso que «la nuestra es una historia de sacrificio que tiene a la familia siempre en el centro». «Jamás nos pusieron un pie delante, al contrario, nos apoyaron en todo lo que hicimos», contó quien muy pronto, recién cumplidos los 18, cogió el testigo de sus mayores. Explicó que fue su madre, quien hasta hace poco les acompañaba en el trajín diario, la que les enseñó a tener cariño por el cliente, «que es al que hay que agradecer a diario», y por la gente que recorre contigo el camino tanto en La Tabla como en El Medio Lleno, ambos locales ubicados en Gijón. «Son ellos los que nos dan gasolina para seguir y nos hacen estar pendientes de cuanto pasa».

«Nuestros abuelos y madre jamás nos pusieron un pie delante, al contrario»

La historia de La Tabla empieza, en realidad, mucho antes en Madrid. Donde los fundadores venían de tener hostelería de 1951 a 1969. A Asturias llegan para abrir un asador, que es lo que habían visto que funcionaba en Toledo y Segovia. De hecho, el nombre del restaurante se debe a un plato que era un chuletón servido en una tabla. Ahí nacieron David y Víctor. «Empecé en la barra muy joven, a los 9 años, y a los 11 ya atendía el comedor», contó David, quien a los 18, al acabar los estudios de Hostelería que había empezado con 14 tuvo claro que «o me dejaban hacer en casa o me iba». Desde entonces él se incorporó a Cocina y su hermano, a Servicios. Los platos tradicionales y la bodega cuidada son sus señas de identidad.

Antes de terminar su discurso, David agradeció a Nacho Manzano «haber puesto a Asturias en el mejor de los panoramas».

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