Rosa López confiesa que mintió sobre sus orígenes al entrar en Operación Triunfo
La artista andaluza ha sido la última invitada en 'Lo de Évole'
Su vida nunca deja de ser noticia, ni la personal, ni la profesional. Aunque en lo personal la suerte le sonríe, pues Rosa López cumplió 40 años feliz y enamorada, en lo que respecta a su carrera artística, los sinsabores son mayores. Recientemente, la artista confesaba en una entrevista que si podía pagar las facturas era gracias al apoyo económico de sus seguidores. Lejos quedan los tiempos en los que la cantante contaba por miles los discos que vendía y pasado el 'boom' que generó la primera edición de Operación Triunfo, su éxito también se fue diluyendo.
Así se lo confesó en la noche del domingo a Jordi Évole. «Este es el mejor ejemplo de que las cosas se ganan. El día que suene en cualquier radio será como 'lo he conseguido'. Sería una satisfacción para mí, para mis seguidores, para mi familia, para mi padre», comentó. Porque la cantante granadina, que en la actualidad cobra «entre 9.000 y 14.000 euros por actuación», dejó de sonar en la radio en 2004.
Rosa López, que sigue fiel a esa sencillez y esa naturalidad que enamoraron al público y que la convirtieron en 'Rosa de España', no encuentra el éxito y la popularidad entre sus mejores momentos, como aseguró anoche en 'Lo de Évole', sino «el olor de mi casa, la olla de mi madre, el calor de mi padre». Unos orígenes aún más humildes de lo que se supo cuando llegó a Operación Triunfo.
La artista reveló que cuando ingresó en el programa no vivía junto a su familia en el pueblo de Armilla, como dijeron, sino en el polígono de Almanjáyar, en la ciudad de Granada. Sus padres, su hermano y ella se mudaron poco antes de que comenzase el concurso por miedo a que sufriera exclusión. «Mi padre era un buscavidas. Nuestras vacaciones las pasábamos entre hormigoneras, arena, bloques y ladrillos arreglando casas. Mi padre las compraba, la arreglábamos entre todos y luego la vendía», ha relatado Rosa López. Y fue precisamente una de esas casas la que sirvió como residencia a la familia en este nuevo periplo.
A pesar de la confesión, que Rosa López ha justificado como la decisión «de unos padres para que no tratasen mal a sus hijos», aseguró a Jordi Évole que son «la misma familia queriendo luchar». Una confesión que tampoco cambia el hecho de que la artista sigue consiguiendo emocionar, tanto con su música como con su historia. Y ayer lo volvió a demostrar.
