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La ampliación del Santa Olaya, en peligro

La crítica situación de Bruesa compromete un pago aplazado de 1,5 millones

Marcos Moro

Jueves, 16 de julio 2015, 01:36

La ampliación del Club Natación Santa Olaya vinculada a la operación urbanística de reforma interior de la zona de El Arbeyal (PERI-01) pende ahora mismo de un hilo y corre riesgo de frustrarse.

Todo se remonta a 2010. A principios de ese año el Santa Olaya, entonces presidido por Félix Fernández, firmó un contrato privado de compraventa con la empresa vasca Bruesa Inmobiliaria para cederle una parcela de 1.772 metros cuadrados, conocida por los olayistas como el prau. La venta de dichos terrenos por 1.595.430 euros se aprobó en una asamblea extraordinaria celebrada en junio de 2010. El acuerdo fue respaldado por 3.914 socios, 4 se manifestaron en contra, 23 se abstuvieron y 41 votaron nulo.

Tras desprenderse de esa propiedad, el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PSOE, se comprometió a reservar una parcela de 2.500 metros cuadrados de superficie en el ámbito del PERI-01, anexa a las actuales instalaciones del club, para permitir la expansión de la entidad olayista. La cesión al Santa Olaya sería durante 25 años, con opción a una prórroga de otros 25, mediante un convenio de colaboración que a fecha de hoy no se ha firmado.

El problema reside en el contrato de compraventa que firmó con Bruesa el club deportivo de la zona oeste como primer paso para la futura ampliación. Dicho contrato, al que ha tenido acceso este periódico, suponía la venta de la parcela con un pago aplazado hasta la aprobación definitiva e inscripción del proyecto de compensación del ámbito. Concretamente quedaba aplazado el 95% del precio total, más de 1,5 millones de euros, sin garantía de ningún tipo, dejando desde entonces en manos de Bruesa la representación total dentro de la junta de compensación y las decisiones que en su seno se adopten, incluido el proyecto de compensación.

Por otro lado dentro del mismo contrato existe una cláusula en virtud de la cual Bruesa Inmobiliaria puede subrogar libremente a cualquier persona física o jurídica en los derechos y obligaciones de ese acuerdo de compraventa de la parcela. Es decir, Bruesa puede manejar el suelo que era propiedad del club sin necesidad de consentimiento de éste y tan solo se ve obligado a notificar al Club Natación Santa Olaya dicha subrogación y los datos de la empresa subrogada.

Las circunstancias han variado mucho desde que los socios del Santa Olaya respaldaron mayoritariamente en asamblea, hace cinco años, el acuerdo que debía allanar el camino a la expansión del club. Y el principal cambio es que Bruesa Inmobiliaria ya no está en la actuación de El Arbeyal como propietario mayoritario, como era en el momento de la firma del contrato. Además, la situación de la empresa vasca es en este momento crítica.

Venta de activos a Solvia

Cabe recordar que Bruesa se retiró en 2013 del plan de reforma interior que lideraba desde 2009 al venderle a Solvia, inmobiliaria del Banco Sabadell-Herrero, todos los inmuebles que tenía hipotecados: 14 parcelas adscritas a la operación residencial cuya compraventa superó los 7 millones de euros e incluyó también dos naves industriales situadas en Tremañes. Para infortunio del Santa Olaya y de sus 16.000 socios los terrenos del club son los únicos con los que el grupo empresarial se ha quedado.

Bruesa Inmobiliaria no ha incumplido nada de su parte del contrato, porque aún no ha sido aprobado definitivamente el proyecto de compensación del PERI-01, pero la realidad es que el club está a su merced, ya que solo Bruesa pueda subrogar a un tercero.

Con este delicado escenario, la ampliación del Club Natación Santa Olaya está en peligro. Las alternativas para salir de este atolladero son pocas. Por un lado está que Bruesa pueda hacer frente al pago aplazado en el momento marcado por contrato, cosa que a día de hoy parece imposible. Por otro lado existe la posibilidad de que alguna empresa solvente y con capacidad cierre un acuerdo con la firma vasca para subrogarse en el contrato y lo lleve a efecto. Esta solución parece la más lógica y realista, por no decir la única.

De no materializarse ninguna de esas dos opciones, lo más probable que suceda es que el contrato de compraventa tenga que resolverse y la venta se frustre, al menos en los términos pactados en 2010. La alternativa que quedaría en ese momento sería llegar a un acuerdo con otro comprador, pero parece lógico pensar que lo que antes valía 1,5 millones de euros ahora valga la mitad. En su momento Bruesa ofreció al Santa Olaya 774 euros por metro cuadrado de su prau, aunque posteriormente subió la oferta hasta los 1.000 euros. El importe de la venta que respaldaron los socios hace cinco años 1.595.430 euros no es baladí, porque es la base con la que el club esperaba financiar su ampliación. Una ampliación presupuestada en unos 3 millones de euros y que incluía la construcción de nuevas canchas deportivas y una o dos plantas de aparcamiento.

Fuentes conocedoras de la operación aseguran que, llegados a este punto, «estamos ante un galimatías de difícil solución, a no ser que llegue una empresa, cierre con Bruesa una subrogación y soluciones la situación, lo que sería un bálsamo para todos los socios del Club Natación Santa Olaya y su actual directiva presidida por Secundino González».

El peso del desarrollo del plan de reforma interior que permitía la construcción de 250 viviendas en El Arbeyal recae, desde la retirada del Grupo Bruesa y el control mayoritario por Solvia, en la empresa urbanizadora Proyectos Integrales Asturianos, S. A. (Piasa).

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