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Iván Suárez, en la calle Gloria Fuertes, lindante con el parque fluvial.

El guardián de Viesques

El presidente vecinal está a punto de cumplir 20 años al frente de la asociación de un barrio «que ha ganado mucha vitalidad»

Nacho Prieto

Domingo, 10 de abril 2016, 10:15

Cuando Iván Suárez llegó hace 28 años a Viesques, entró a vivir en la quinta urbanización del barrio, que era poco más que una calle central, la de Anselmo Solar, en torno a la cual crecían algunos edificios alejados de la mayoría de los equipamientos y servicios que cualquier barrio requiere. En 1995 se creó una asociación de vecinos independiente de la que, hasta entonces, se ocupaba de Ceares, El Coto y Viesques, y ya entonces Iván Suárez empezó a colaborar, como vocal de una junta directiva presidida por José Luis Costales.

Poco tiempo después, tras la incorporación de Costales a la Federación de asociaciones vecinales, Iván Suárez asumió la presidencia y casi 20 años después acaba de ser reelegido para ese cargo. «Ni me siento ni soy un virrey o un cacique en Viesques», asegura. No obstante, tiene que admitir, al menos, que es un testigo activo del devenir de un barrio que ha crecido como la espuma a pesar de tener fama, o precisamente por eso, de ser uno de los más caros de Asturias.

«En Viesques ahora hay prácticamente de todo», asegura Suárez al contraponer el momento en el que «sólo había un Oblanca y el bar de Cundi», con la época actual, pero «en lo que más ha ganado es en vitalidad. Hay movimiento y mucha actividad», subraya.

Jubilado de Arcelor

Iván Suárez piensa que las agrupaciones vecinales surgen ante las carencias y todavía recuerda los cortes de tráfico organizados para reivindicar semáforos en la calle de Anselmo Solar. Pero también cree que nunca dejan de ser necesarias porque «si tardan todo lo que tardan en hacer lo que pedimos, si no estuviéramos todo el día encima no harían nada».

Ajeno al poder del cacique o del virrey, Iván Suárez utiliza la insistencia como arma reivindicativa. Con cierta socarronería, asegura que quienes sí tienen capacidad de decisión «dicen que sí a todo y luego no te dan nada» o que «algunos piensan que yo conseguí la farmacia, pero de eso nada. Lo intenté mil veces, pero estaba cerrada la concesión de nuevas aperturas y entonces no puedes influir nada. Lo que hubo en este caso fue un traslado, si no todavía estaríamos esperando».

El veterano líder vecinal de Viesques es ahora un jubilado de Arcelor con el tiempo disponible necesario para capitanear la acción vecinal en su barrio con más comodidad y eficacia que cuando accedió por primera vez al cargo. No obstante, hace ya tiempo que se le oye clamar, sin éxito, por un relevo de savia nueva que no acaba de llegar. «La gente pasa muy mucho de involucrarse. Veo que en otros barrios pugnan varias candidaturas y yo soy partidario de renovar, pero si aquí nadie está dispuesto ¿qué vamos a hacer? ¿cerrar?».

Iván Suárez es topógrafo hecho con la práctica en la obra del embalse de Calabazos. Nacido en Salas, llegó a Gijón con 22 años, empleado por Dragados, para trabajar en una obra de la antigua UNINSA. «Luego me ofreció trabajo en Obras Públicas y les pedí que me dieran unos días para pensarlo... ¡Como para hacer ahora algo así!». Aceptó, pero al cabo de algún tiempo acabó en la siderurgia, donde trabajaba también su esposa. Su primer domicilio conyugal fue en la calle Reconquista, pero poco después pasó al Polígono, que recuerda con agrado, y asegura que en su día se trasladó «con rocea» a Viesques, porque «se hablaba que era un barrio un poco pijo».

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