Isabel la Católica recupera el sauce llorón de Jovellanos

El parque de Isabel la Católica vuelve a tener un sauce llorón (Salix babylonica) en recuerdo del gijonés más ilustre treinta años después. El Ayuntamiento y el Foro Jovellanos convirtieron ayer en un acto de exaltación jovellanista la reposición del ejemplar plantado el 30 de septiembre de 1959 en recuerdo del prócer. El árbol fue derribado por un rayo durante una tormenta en 1987 y había dejado un vacío en la ciudad donde Gaspar Melchor de Jovellanos también da nombre a un instituto, un mirador, una calle, un teatro y al edificio-museo de Cimavilla que le vio nacer.

Operarios de Parques y Jardines plantaron el sauce llorón, aún sin su característica copa redondeada, donde estaba su antecesor. En un parterre que forma parte del conjunto de la rosaleda y situado justo frente a la estatua de la monarca que da nombre al parque gijonés. El árbol puede alcanzar los cinco o seis metros de alto.

La Banda de Música de Gijón interpretó el 'Salmo 42' del compositor americano Samuel R. Hazo y dio realce y solemnidad al acto al que asistieron decenas de personas. La familia directa de Jovellanos estuvo representada por Domingo Cienfuegos-Jovellanos Caramés, marqués de Montemura.

Carta a su hermano

La alcaldesa Carmen Moriyón destacó que con la plantación de este sauce, para disfrute de los gijoneses en el principal pulmón verde de Gijón, se satisface un viejo anhelo de los jovellanistas y admiradores de la figura histórica del político ilustrado. También explicó que el sauce, que en Asturias se denomina 'desmayu', era el árbol favorito de Jovellanos y dejó plasmado en sus escritos que quería pasar a la posteridad a través de él. «Entonces bien mereceríamos que este árbol perpetuase nuestra memoria y nuestro nombre, haciéndole conocer por el sauce de Jovellanos», escribió a propósito de él y de su familia en una carta dirigida a su hermano Francisco de Paula, fechada en Madrid el 31 de enero de 1787. En ella, remarcó Moriyón, Jovellanos hablaba de extender los árboles por toda Asturias y plantar sauces en el Humedal, «donde harían un bellísimo efecto, alternando su forma abatida y lagrimante con la inhiesta y pomposa de los otros árboles». También quería el prócer plantar esta especie arbórea junto al nuevo paredón al borde del mar desde la capilla de San Lorenzo hasta detrás de la iglesia de San Pedro y aún subiendo hasta coronar el cerro de Santa Catalina. «¿Qué espectáculo tan caprichoso y agradable no formarían?», lanzaba Jovellanos a modo de pregunta retórica en esa epístola.

El presidente del Foro Jovellanos, Ignacio García-Arango, reivindicó que los valores que en su día defendió el prócer para dejar atrás en Asturias endogamias y localismos «tienen plena vigencia». Ensalzó la figura del prócer como uno de los primeros que pensó en la ordenación urbanística y ensanche de Gijón. «Con este símbolo que recuperamos en el parque a Jovellanos se le podrá recordar no solo como figura histórica, sino también como un paisano al que le gustaba salir a caminar, la naturaleza y amaba Gijón».

Entre los asistentes en el parque de Isabel la Católica estuvieron el expresidente del Principado y secretario general de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, y la exalcaldesa Paz Fernández Felgueroso. Por parte de EL COMERCIO acudió su director, Marcelino Gutiérrez. Se descubrió una placa conmemorativa a los pies del recuperado sauce.